Vicente Matoso es un ejemplo claro de una vida dedicada al deporte en Ceuta. Desde waterpolo, pasando por fútbol y sin olvidar su querida natación, el ceutí continúa viviendo de su pasión.
El Club Natación Caballa, podríamos decir que es como su casa, ya que ha ido creciendo en los rincones de dichas instalaciones.
Desde muy joven comenzó a hacer natación y waterpolo, “estuvimos en los campeonatos de España infantiles”, pero a los 17 años dejó un poco más de lado el agua, aunque “seguía participando en travesías y me mantenía bastante bien”, para comenzar una andadura en el mundo del fútbol.
Sus comienzos fueron como juez de línea hasta llegar a ser el primer árbitro. Para él esta profesión “era mi motivación”, además de “mi vida”. Durante once años tuvo el placer de estar en Tercera División, para posteriormente, pasar siete años más en Segunda B.
“Era muy ilusionante cuando llegaba el jueves, que era el día de la designación de la ciudad y del partido. Mi vida era el arbitraje. Iba muy ilusionado a los partidos y era una experiencia y una vivencia muy gratificante. Fue una experiencia inolvidable”, comentó Matoso.
El exárbitro asumió uno de los papeles que podríamos considerar como más complicados dentro del terreno de juego, ya que en muchas ocasiones las decisiones arbitrales no son a gusto de todos. Aún así, en su caso, “nunca lo he visto difícil”, puesto que “tú eras el que impartías el respeto, el que dirigías la contienda”, aunque no descarta haber vivido “algún susto que otro”.
Durante muchos fines de semana, Vicente Matoso se calzaba sus botas y salía al terreno de juego con el fin de que el partido fluyera en su mejor sintonía. Pero su momento preferido llegaba con el final de las temporadas, cuando “me designaban para partidos de playoffs. Cada uno de ellos era una motivación muy grande”.
El mundo del arbitraje no solo le ha dado grandes experiencias al ceutí, sino que también le ha servido para aprender “sobre el respeto, la educación y la disciplina” porque “tú eras el que tomaba las decisiones y por ello te tenían que respetar. Por lo cual, tú también tenías que formar parte de esta disciplina”.
A los 38 años el arbitraje se acabó y Vicente Matoso tuvo que abrirse paso por otros caminos: “Miguel Ángel Ríos nos llamó a todos los veteranos e iniciamos el waterpolo en la Segunda División de Andalucía, así empezó de nuevo el waterpolo en Ceuta. Además, también teníamos el equipo Máster con el que competíamos en el Campeonato de Andalucía y en el de España de Aguas Abiertas”.
Asimismo, el ceutí comenzó a impartir clases de natación en la piscina del ‘Díaz-Flor’ a bebés y adultos. Desde ese momento, “no he parado de dar clases y, la verdad, es que me siento muy motivado”.
No hay más orgullo para un padre que ver como un hijo llega a lo más alto en cualquier aspecto de la vida. Para Vicente Matoso, es “muy gratificante” que su hijo haya formado parte de equipos de gran talla nacional, como es el caso del Canoe o el Sabadell, y haber podido competir con la Selección Española e incluso conseguir el título de campeón de España.
“Yo iba a verlo a los partidos y para mí, un padre que le gusta el deporte y que ha hecho waterpolo y natación, era una máxima ilusión verlo en la máxima categoría del waterpolo español”.
Parte de esos logros pueden que hayan sido a raíz de los valores que Matoso le ha inculcado a sus hijos. Y es que para él, “el hecho de que tu hijo haga deporte es gracias a ti, de inculcarle y motivarle para que haga deporte. Hay que darles opciones e intentar que le guste el deporte. En mi caso, siempre indico la natación o el waterpolo porque son buenos para el cuerpo. Además de serlo para la educación, la responsabilidad y el talento en si”.
Vicente Matoso, junto a un grupo de veteranos, volvieron a “iniciar el waterpolo”. Desde entonces, ha ido avanzando hasta crear una cantera con la que se “está haciendo un trabajo espectacular” y donde prima “el buen ambiente”, lo cual lleva a que “los pequeños se vean reflejados en los mayores, van viendo todo su trabajo y su esfuerzo para conseguir ser campeones tanto en waterpolo como en natación”.
Pero no solo se puede hablar de la cantera, porque el equipo Máster, al que pertenece Matoso, también está llevando a cabo un trabajo excepcional, prueba de ello es que en cada travesía que compiten, siempre vuelven a Ceuta con el medallero lleno.
“Estamos muy contentos. Tenemos un gran equipo de Másters, que se va engrandeciendo poco a poco. Se están consiguiendo muchas cosas. En su día, hace veinte años, tuvimos un equipo y ahora, estamos compitiendo, de nuevo, a nivel nacional y andaluz”.
Para Matoso, la natación es símbolo de salud. Es por ello que a todos aquellos que se animan a nadar “les digo que se sientan felices en el agua porque es relajante”. Y es que, “hacer ejercicio en el agua no genera ninguna lesión y cuando terminas de hacer el ejercicio, eres la persona más feliz del mundo”.
Su vida siempre ha estado rodeada de deporte. Tanto que “no me hallo sin hacer deporte” y agradece “trabajar de esto” porque “siempre estoy rodeado de personas que hacen deporte”. Asimismo, anima a la gente a que “se una a nadar. Yo siempre digo que si te duele algo, que vengas a nadar, que seguro que te va a venir bien”.
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