El Camino de Santiago es el nombre que recibe el conjunto de rutas cuyo tramo final se dirige a visitar la tumba del Santo, situada en la catedral de Santiago de Compostela. Se trata de una de las rutas de senderismo más conocidas en Europa y, en la actualidad, más de 300.000 personas recorren sus sendas por diversos motivos, tanto religiosos, como lúdico-deportivos. Entre los caminos que se pueden realizar destaca el Francés, el Portugués central, el Portugués por la Costa, el Camino del Norte, el Primitivo y el de Finisterre.
Pedro Sánchez Garrucho es un peregrino de Ceuta de 62 años que en la actualidad se encuentra realizando el camino por tercera vez: “Particularmente, es algo que me gusta mucho”, confiesa.
Sobre los motivos que le han llevado de nuevo a peregrinar, Sánchez explica que en su caso, la pérdida de unos amigos cercanos de su grupo este año le ha impulsado a cargar las pilas. Un concepto que “para los que saben del Camino, saben de lo que hablo”, asegura.
“El camino no hubiese sido posible sin contar con el apoyo de mi familia”
En esta ocasión, se ha decantado por el Camino Francés: “Es el que llaman el ‘más fácil’ que no es fácil, pero bueno. El tramo que estoy haciendo va desde Astorga a Santiago”. Un recorrido que está atravesando solo aunque la soledad, según comenta, sea algo relativo. “Aquí hay una frase que cuando hablas con la gente que lo ha hecho, siempre la repetirá: nunca vas solo. Aunque te cueste trabajo y sea difícil a veces, siempre hay alguien en el Camino dispuesto a socorrer o ayudar”, confirma Sánchez.
Entre sus vivencias como peregrino, confiesa que la etapa le está resultando muy dura. Por un lado, por la gran cantidad de bajadas con piedra, lo que suele decirse en el argot popular, un ‘rompebotas’. A ello, se le suma también el kilometraje y las horas: “Yo estoy haciendo entre 15 y 20 km. diarios. Eso, traducido en horas, son entre 4 y 5 como máximo”, explica. Con respecto a la hora de salida, Sánchez comenta que suele comenzar el recorrido a partir de las 7:30 horas, con el propósito de “evitar las horas de más calor”.
Asimismo, Sánchez resalta la gran seguridad que existe en estos tiempos de pandemia: “Me he ido encontrando con cantidad de personas, pero al cruzarnos nos ponemos inmediatamente la mascarilla. En ese aspecto la gente es muy responsable”, afirma.
Como buen veterano del Camino de Santiago, Sánchez aconseja que el equipamiento que hay que llevar debe ser solo lo imprescindible: “Cuando la gente me pide consejo, yo siempre digo que eches en el macuto todo aquello que vayas a necesitar. Y cuando hayas terminado, quita la mitad. Hay que ir con lo mínimo”, explica.
Otro de los encantos especiales que tiene el Camino es, sin duda, conocer personas de todo tipo: “Cualquiera que haya hecho el camino, te puede contar mil aventuras. Por ejemplo, a mí me recibieron en un pueblo una vez con un trozo de queso y un huevo duro”, cuenta Sánchez. Pero lo que resulta más enriquecedor de esta experiencia es contar en todo momento con el apoyo de tus seres queridos: “Hay quien le mueve la fe, y hay quien le mueve el recogimiento. Para mí, el camino no hubiese sido posible sin contar con el apoyo de mi mujer, mi hijo y mis amigos. Todas las mañanas hablo con ellos y desde Ceuta me dicen: ¡ánimo, y buen camino!”, resalta el peregrino ceutí.
Además, Sánchez tiene previsto llegar a Santiago de Compostela el próximo 31 de agosto. Comenta que tiene muchísimas ganas de ver el Pórtico de la Gloria, todo un símbolo que indica el fin del buen peregrinaje. “ Sobre todo ahora, que lo han reformado y lo han dejado policromado como lo era anteriormente”. Todo un momento mágico, según describe: “Cuando ves ya la Catedral y el sonido de las gaitas de fondo, cuesta trabajo que no se te caigan los lagrimones. Llegar hasta ahí es un reconocimiento de lo bien que lo has hecho”. Como buen peregrino, y antes de continuar con su camino, se ha detenido para mandar recuerdos a su familia y a sus amigos ‘los pichones’ de Ceuta.