Una fusión de jazz, flamenco y rock que envuelve al público y lo traslada a otro mundo caracteriza a Los Aurora, un grupo catalán que entrelaza lo mejor de cada género para volcar sobre el escenario un torrente de energía en el Día Internacional del Jazz. Esta tarde han hecho vibrar el Auditorio del Revellín con el bailaor Pol Jiménez, que ha sabido expresar con su cuerpo el ímpetu de este joven conjunto musical que transita entre sonidos clásicos y experimentales. Los juegos de color de la iluminación han terminado de hipnotizar a los asistentes mientras Jiménez giraba sobre sí mismo, se desplazaba por el escenario y taconeaba junto al piano, el bajo eléctrico y la batería, como un instrumento musical más.
El cantaor, Pere Martínez, se ha dirigido al público para preguntarle si echaba de menos los conciertos en directo y comunicarle que al grupo le estaba gustando Ceuta, puesto que habían podido ver parte de la ciudad al haber llegado ayer. El centenar de caballas que ha acudido a la cita, animado por las dos primera piezas que acababa de presenciar —unas versiones propias de ‘La asturiana’ y ‘Polo’ de Manuel de Falla—, respondió con entusiasmo, aplaudió y vitoreó a los artistas.
Con la elegancia del jazz, la fogosidad del flamenco y la energía del rock, Los Aurora han embarcado a los espectadores en un viaje místico. Los ceutíes, ha informado Martínez, han sido de los primeros en escuchar temas del álbum que Los Aurora están preparando, con composiciones propias, además de las versiones que configuraron el primer disco.
El grupo —formado por Pere Martínez, Max Vilavecchia (piano), Javi Garrabella (bajo) y Joan Carles Marí (batería)— también ha obsequiado al público con ‘La aurora de Nueva York’, con el poema de Lorca y que da nombre al conjunto musical. Junto a palabras de otros grandes poetas españoles, ha sumergido a los asistentes en las profundidades del alma humana durante una hora y cuarto.