El rescate de un grupo de menores extranjeros no acompañados a bordo de un barca cuando se encontraba a cierta distancia de la costa de Ceuta ha puesto rostro a la inmigración infantil que recurre a la vía marítima para alcanzar la Península. Su historia ha conmocionado a la opinión pública, que se pregunta cómo es posible que todavía haya niños que emprendan este arriesgado viaje en el que tantos han perdido la vida. El testimonio de alguno de ellos ayuda a aproximarse a este fenómeno desde dentro.
Las redes sociales, nuevo canal de comunicación y de denuncia para una generación hiperconectada, también reflejan los sueños de esta infancia entre fronteras y les sirven para informar a los medios de comunicación de peligrosas travesías que ellos interpretan como hazañas dignas de imitar. Uno de estos menores comparte con El Faro de Ceuta algunos vídeos grabados en el interior de una embarcación capitaneada por niños.
Ni Salvamento ni la Guardia Civil tienen constancia de una segunda embarcación patroneada por menores en los últimos días, de modo que el vídeo que acompaña estas líneas puede ser de la 'patera' del sábado o de algún otro periplo frustrado –para suerte de sus ocupantes– de los cuales ya ha dado cuenta este periódico en ocasiones anteriores.
Entre la tripulación, con una media de edad que ronda la decena de años, se puede identificar con claridad a un joven que es un viejo conocido para las fuerzas y cuerpos de seguridad. Se le pudo ver en la reciente Operación Fin de Feria merodeando los vehículos de los feriantes en busca de un 'billete' a la Península oculto entre el amasijo de hierro de las atracciones.
Este protagonista imprevisto del fenómeno migratorio juvenil comparte escena con otro compañero de peripecias y, teléfono móvil en mano, inmortaliza el momento presumiendo de que son de Castillejos (Fnideq, Marruecos) y a bordo de una barca impulsada a remos van a dejar la "miseria y la tristeza" en la que han malvivido atrás.
"Si vuelca, nos van a comer los peces"
En otro de estos fragmentos de una travesía que finalizaría con su rescate y entrega a la Guardia Civil, como puede percibirse en esta serie de vídeos, pueden oírse comentarios desprovistos de dramatismo pese a las circunstancias en las que se encuentran tales como: "Si vuelca –la embarcación– nos van a comer los peces". Propio de alguien que, dada su inmadurez, no percibe el peligro.
La persona que hace llegar este material audiovisual se identifica como hermano de uno de los ocupantes de la barca del sábado y, antes de terminar la conversación bloqueando la cuenta para recibir mensajes, informa de que él continúa en Marruecos y su deseo es entrar en Ceuta. Quien escribe puede que se convierta en tripulante en una de estas travesías más pronto que tarde.
Ya tardaban....
Hay aquí menores pasándolo mal... A quién le importa? Parece que aquí solo dedicamos tiempo y dinero a los otros. Para luego ver reportajesbde investigación en Madrid, Barcelona...y ya vemos lo que pasa.