Cinco hombres y una mujer, todos de origen
marroquí, han terminado su travesía en Ceuta después de que intentaran alcanzar la Península a bordo de una
embarcación que partió de la zona de Punta Almina. La intervención de la
Guardia Civil, a través de los agentes del Servicio Marítimo, fue determinante para evitar que ese traslado llegara al punto pretendido: el otro lado del Estrecho. Los seis marroquíes fueron presentados en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía por los integrantes del Instituto Armado que actuaron en el operativo. En este servicio no ha podido determinarse la presencia de un patrón, de alguien que pueda responder de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros por intentar la comisión de un pase. Los seis actuaban con el ánimo de cruzar de manera irregular sin existir lucro ni interés en un tráfico de personas porque ellos mismos eran autores e implicados en su propia trayectoria.
Traslado a la Jefatura de la Policía Nacional
Tras su presentación en las dependencias de la Policía Nacional se les tomó la filiación. La embarcación empleada para el pase quedó intervenida por la Benemérita. En todos los traslados de inmigrantes no siempre existe una figura que ejerce el papel de traficante como tal. Este verano ha dejado buenos ejemplos de pases abortados por el Instituto Armado en los que eran los propios inmigrantes los que asumían el papel de traslado y realización del viaje en cuestión haciéndose para ello con una embarcación. En este caso en concreto como en otros protagonizados por súbditos del vecino país, se intenta su devolución a Marruecos en aplicación de los acuerdos en vigor. Una entrega que no siempre se está consiguiendo, ya que muchos no son aceptados por su propio país de origen, al margen de las peticiones de asilo que se cursan por varios de los inmigrantes argumentando cuestiones de todo tipo para obtener esta protección.