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Casa Trujillo, un edificio casi centenario

Entre los edificios más relevantes de Ceuta hay uno que destaca. Un icono sin el que sería difícil entender el paisaje urbano de la ciudad en los últimos cien años.
En este majestuoso edificio han encontrado cobijo deidades mitológicas como Calypso pero también sirve de espectáculos fuera de lo común como el videomapping en fechas señaladas.
Seguro que alguna vez ha visto a algún turista fotografiarse delante de él o se ha preguntado quién habita su interior. Hoy, en ‘Qué ver en Ceuta’, Edificio Trujillo, una de las imágenes invariables y más representativas de la ciudad autónoma.
En la confluencia entre Paseo del Revellín y Marina Española se encuentra esta imponente edificación con la aspiración de convertirse en el proyecto de mayor envergadura en Ceuta. Su construcción arrancó en 1925, y no finalizó hasta 3 años más tarde, por iniciativa de un matrimonio atraído por las expectativas comerciales de la ciudad en aquella época y cuyo apellido sigue dando hoy nombre al edificio.
La Casa Trujillo es obra del arquitecto Andrés Galmés, pero gran parte del resultado final se debe al escultor y decorador Cándido Mata Cañamaque. Su bisnieto, Francisco Mata, lleva años investigando la figura y obra de su antepasado, para que no quede en el olvido. Se expresa emocionado puesto que casi todos los edificios emblemáticos de Ceuta han sido tocados por las manos de su bisabuelo: Edificio Delgado, antiguo Hotel Majestic, la Casa Marcelino, Marañés...

Francisco Mata, biznieto de Cándido Mata: "Debió ser un bohemio, un adelantado a su época que ha dejado su huella en Ceuta"

Su ubicación es inigualable: una manzana en chaflán que da de cara a la plaza de la Constitución, el comienzo del Paseo del Revellín y el de la Marina. Como escribió el cronista oficial, José Luis Gómez Barceló, su entrada principal la tiene al Revellín, aunque en el proyecto original estaba a la Marina. El cambio de última hora produce una curiosa consecuencia: la decoración que corresponde al acceso queda en una fachada y en otra el portal.
Desde el hall ya queda patente la impronta de Cándido Mata, sobre todo, en las ménsulas, los medallones y, a medida que se suben las plantas por la magnífica escalera de caracol –de enorme valor patrimonial y arquitectónico–, asombra el estuco de la pared y las columnas de las ventanas: “Todavía se conserva en perfecto estado con casi cien años”, reconoce.
En el interior, levantando la mirada, se encuentra la cúpula estrellada que corona el edificio. Todo ese artesonado que contribuye a que este edificio sea único es obra de su bisabuelo.

José Manuel Valriberas: "Mucha gente viene a vivir únicamente porque quiere residir en el Edificio Trujillo"

Francisco Mata no conoció a su antepasado pero, por lo que le cuentan, “debió ser un bohemio, un adelantado a su época”. Ha conseguido que reconozcan su figura a nivel institucional para que ocupe su lugar dentro de la historia de Ceuta. Cuenta con una plaza bautizada con su nombre y, justo un mes antes de la declaración de la pandemia, fue distinguido con el Escudo de Oro de la Ciudad que recogió él mismo. Pero, ¿cómo es administrar una joya arquitectónica como el Edificio Trujillo? “En pocas palabras... muy costoso”. Quien responde es José Manuel Valriberas, administrador de la finca, que desvela que su explotación está dedicada a arrendamientos desde sus orígenes y el 30 por ciento de la recaudación se destina a la gestión de mantenimiento, sin contar con las rehabilitaciones puntuales.
Los habitantes del inmueble viven en régimen de alquiler. En general son viviendas, aunque en la entreplanta hay oficinas y locales comerciales. Los vecinos suelen ser de larga duración porque se sienten cómodos en casas amplias con las facilidades de situarse en el centro de la ciudad. “Mucha gente viene a vivir únicamente porque quiere residir en el Edificio Trujillo”, revela Fincas Valriberas.
Aunque sin ofrecer cifras sobre cuánto cuesta un alquiler en este histórico inmueble, el administrador valora que intentan no trabajar rentas muy altas en mercado, sino de largo recorrido en el tiempo. Hay vecinos que llevan en sus domicilios 20 o 30 años.
Pero si hay algo verdaderamente impagable en el Edificio Trujillo, son las vistas: del Puerto Deportivo al Monte Hacho además de una impresionante panorámica del Estrecho de Gibraltar. Su azotea ofrece vistas de 360º sobre Ceuta y, antes del desarrollo urbanístico de la zona, se veía la bahía sur.

Intentan no trabajar rentas muy altas en mercado, sino de largo recorrido en el tiempo

En la actualidad, se encuentra inmerso en una rehabilitación integral, la segunda para José Manuel Valriberas, ya que la anterior se ejecutó hace 18 años aproximadamente; “y espero que sea la última para mí”, bromea. El proyecto que ahora se encuentra en desarrollo, y que desde hace algunos meses resulta perceptible por la estructura de andamios que lo rodea, mejorará el exterior además de incluir el mantenimiento de la envolvente y renovará alguna que otra instalación permanente.

Con su rehabilitación vuelve al origen de los colores de la fachada, entre otras mejoras

Las fachadas recuperarán los colores originales, es decir, las molduras en color gris e, inicialmente, el resto del revestimiento estaba encalado. Además, actuarán en los patios interiores y los huecos de escalera, cambiarán las conducciones de agua y volverán a impermeabilizar las cubiertas.
Este cambio en profundidad permitirá al Edificio Trujillo cumplir sus primeros cien años sin perder el esplendor que irradia desde finales de la década de los años 20 del siglo pasado.

Cúpula estrellada

La luminaria que corona el cerramiento era de cristales de colores pero resultaba costoso

La luminaria que corona todo el cerramiento del Edificio Trujillo, como descubre su administrador, José Manuel Valriberas, era de cristales de colores. Sin embargo, su mantenimiento, cabe recordar que su construcción finalizó en 1928, resultaba costoso y finalmente se optó por el aspecto que perdura hasta nuestros días. La importancia de este inmueble está en relación con una aspiración de Andrés Galmés: hacer el proyecto de mayor envergadura que se realizaba en la ciudad desde mucho tiempo atrás, y que no era otro que la construcción de su Gran Vía. La Casa Trujillo ha sido para Ceuta, desde entonces, una referencia a los grandes inmuebles que en aquellos mismos años se construían en la Gran Vía madrileña, y con esa idea se presentó el proyecto. No fue esta la única iniciativa singular que Galmés puso en marcha en la ciudad, ya que en ese tiempo efectuó diferentes trabajos de urbanización que le fueron reconocidos.

Obra de Andrés Galmés

Torres que potencian su verticalidad, una escalera de caracol única y otra de servicio

En el Edificio Trujillo, obra de Andrés Galmés, conviven todos los elementos que gustó utilizar a su autor: grandes volúmenes, torres que potencian la verticalidad en chaflán y balconadas con balaústres y aleros que marcan las líneas horizontables. En los vanos juega con dinteles y media puntas, con logias y galerías, dando como resultado un ejemplo de su más característica arquitectura de formas regionalistas y barroquinizantes. No menos interesante resulta su interior, con una escalera de caracol a la que confluyen corredores adornados con pequeñas ventanas enmarcadas por columnillas. El inmueble cuenta con una escalera de servicio que ayuda a entender su carácter señorial.

De los últimos inquilinos en instalarse

Juan Manuel Parrado, CECE: "Es un signo de prestigio tener una ubicación como esta"

Uno de los últimos inquilinos en instalarse en el Edificio Trujillo es la Confederación de Empresarios (CECE). Juan Manuel Parrado, su secretario general, explica por qué se decantaron por trasladar allí su sede. “Por una cuestión de representatividad. Consideramos que este edificio es icónico en Ceuta, tanto por historia como por ubicación, pero sobre todo presencia. No pasa desapercibido y, de hecho, los cruceristas que desembarcan en la ciudad vienen a ver su arquitectura. Es un signo de prestigio tener la suerte de estar en una ubicación como esta”.

Anécdotas y hechos curiosos

Vigilancia del Estrecho en la Segunda Guerra Mundial y sede del Centro Hijos de Ceuta

A lo largo de casi cien años, el Edificio Trujillo y sus inquilinos han vivido todo tipo de anécdotas y hechos curiosos. Desde alguna persona que se ha tirado por la escalera o el desarrollo de labores de vigilancia del Estrecho de Gibraltar en la época de la Segunda Guerra Mundial. Albergó el histórico Centro Hijos de Ceuta, también acogió importantes fiestas y, como en cualquier casa de vecinos, han crecido muchas generaciones de ceutíes que han ido construyendo la intrahistoria de este icónico inmueble que pronto cumplirá su primer centenario. José Trujillo Zafra y Josefa González Díaz imaginaron un día lo que hoy es el Edificio Trujillo.

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