Una de las afectadas asegura que las ratas campan a sus anchas por los tejados
Hace más de dos años que los vecinos de los últimos pisos del bloque 4 de
Juan XXIII pasaron por la desafortunada experiencia de perder el aislamiento del techo de sus viviendas.
Efectivos de Bomberos tuvieron incluso que intervenir para impedir que parte de la estructura se desplomara sobre las viviendas. Desde entonces, y a consecuencia de la ausencia de la tela asfáltica y del doble techo que recubre los inmuebles, las seis familias que residen en esta planta, soportan humedades, goteras e incluso la presencia de ratas.
Ana Galán es una de las afectadas por el deterioro de estos bloques de viviendas y, en nombre del resto de vecinos, ha urgido a la Ciudad a adoptar medidas encaminadas a recuperar la vida que tenían antes de la caída de la cubierta. “Corremos peligro de que se termine cayendo y ocurra una desgracia personal. Así no podemos seguir viviendo”.
Grietas
En su caso concreto, a los desperfectos de la cubierta se suman las grietas que han aparecido en alguna de las ventanas de la vivienda. “Tenemos miedo del estado en que se encuentra la casa, sobre todo cada vez que hay viento y parece que todo se va a venir abajo”.
La presencia de ratas en la cubierta es otro de los problemas a los que se enfrenta esta vecina, un hecho que ha llevado a que sus nietos ya no puedan visitar a los abuelos. “Tengo una nieta de 3 años, pero ya no viene a casa porque nos da miedo que alguna rata pueda entrar en la casa”.
Los vecinos piden una solución inmediata a un problema que están sufriendo desde hace ya demasiado tiempo.