Vecinos de las torres del Hacho se unen por la mala calidad de las casas

“Este edificio parece que tiene 30 años pero nosotros vivimos aquí desde hace poco más de tres”, lamenta Estefanía Fernández, de la torre número 1 del Sarchal,en  la promoción de 86 VPP de monte Hacho, un proyecto que ha conseguido varios premios a nivel europeo, entre ellos el prestigioso Europan, pero donde sus vecinos denuncian deficiencias en la construcción prácticamente desde que fueron adjudicadas.

Y es que del plano a la realidad, a la obra de hormigón y  cemento, “hay un mundo”. Por eso, Estefanía y algunos de sus vecinos, “hartos de esperar”, unos arreglos que no llegan, han decidido constituir una plataforma en las redes sociales (‘afectados por las  torres del Hacho’, grupo de facebook) para denunciar lo que ocurre “ya que ni Emvicesa ni la Ciudad nos hacen caso”.
Sus quejas no son nuevas. Denuncian que prácticamente desde que les entregaron las llaves de sus viviendas, “después de más de un año esperando” comenzaron a detectar multitud desperfectos que pusieron en conocimiento de manera inmediata de Emvicesa. Tres años después la situación ha ido a peor. Lo evidencia el estado en el  que se encuentra, por ejemplo, la explanada de baldosas flotantes por la que se accede a la torre 1, la más próxima al antiguo ‘54’ y en el que residen cuatro personas con movilidad reducida que apenas si pueden salir de casa.
Unos 30 metros cuadrados de losetas de la entrada, de cemento y con un peso de unos 50 kilos cada una, están destrozadas, hundidas y el resto amenaza con ceder. El peso de estas baldosas recae sobre unas pequeñas piezas de plástico que hacen de contrapeso. Los vecinos aseguran que han presentado varios escritos a Emvicesa exigiéndole el arreglo de la entrada, algo que la empresa municipal rechaza porque está en el exterior de la urbanización y no en los edificios. “Es una justificación absurda para no hacerlo, y van tirándose la pelota de Emvicesa a la Ciudad y al contrario”, critica para augurar que “cualquier día” temen una caída  “o algo más algo grave y no será hasta entonces cuando lo arreglen”, añade otro de los vecinos.
Pero ayer el consejero de Medio Ambiente y Servicios Urbanos, Gregorio García Castañeda, explicó que ya está prevista la sustitución de este pavimento flotante, obras que se efectuarán previsiblemente en septiembre y que son más complejas de lo que aparentan, ya que deberán realizar una nueva canalización para la red de aguas pluviales. Pero lo que ha admitido el consejero es que los vecinos “tienen razón” y no pueden seguir con problemas de acceso a sus viviendas. “Personalmente estuve visitando la zona y comprobé que es necesario intervenir cuanto antes”, admite.
Pero el problema de acceso no es sino uno mas. Los vecinos se quejan de la mala calidad de los materiales empleados para construir sus casas, así como del acabado final de las obras. El proyecto, del estudio de arquitectos sevillano MGM, fue galardonado a nivel europeo por la reutilización de los materiales y por su concepción del espacio, pero para la mayoría de los inquilinos hay elementos de la promoción que no son de su agrado.
Evidentemente, el más criticado es el mallado metálico que recubre la fachada exterior y que numerosos vecinos han optado por quitarlo o bien por cortarlo y colocar ventanas. “Se nos ha criticado mucho por esto. Nos han llamado de todo, pero hay que vivir aquí con esa rejilla que está ya oxidada para entendernos”, lamenta ofendido Alejandro, otro de los inquilinos.
En teoría, esta trama metálica fue colocada para combatir el fuerte viento de levante que azota la zona al menos 200 días al año, pero ha supuesto un estorbo para sus inquilinos, que aseguran no comprender su utilidad. “Como elemento estético no nos gusta, pero es que tampoco combate el viento”, explica Estefanía. Son muy críticos también con el uso de la madera que embellece portales y escaleras, “que está sin tratar, sin lijar y que ha perdido color porque es la madera que se usa para encofrar”, añaden. En las contraventanas de los bajos y de las viviendas unifamiliares esta madera se ha podrido en algunos casos.  En el interior de las viviendas se han encontrado también con algunas peculiaridades, como que se han utilizado puertas de terraza como puertas de interior, que las tuberías de agua no están empotradas en la pared, sino tapadas con una canaleta de plástico, o que las paredes  son de pladur sin la espuma que las aisla y consolida, lo que las hace “casi de cartón”. “Todas estas deficiencias las hemos puesto en conocimiento de Emvicesa”, aseguran.  De momento,  sin respuesta.

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