Vecinos de Azcárate se han concentrado junto al conocido establecimiento La Riquísima, en Ceuta, para pedir su pronta reapertura por todas las consecuencias negativas que su cierre está trayendo al barrio.
Han estado presentes Rafael Martín, propietario; Ana Mesa, presidenta de la Asociación de Vecinos del barrio; Isabel Caparrós, lotera son su punto de venta en Azcárate y varios vecinos de la barriada que echan de menos la vida que La Riquísima daba a la misma.
Rafael Martín, propietario, ha pedido que lo dejen abrir su negocio. “Que me den un tiempo para poder subsanar y abrir porque son tres meses ya desde el cierre y aguantando. Llegará un momento en el que no podré seguir pagando, actualmente sigo pagando todos los gastos, incluso la mensualidad del Ayuntamiento”, ha declarado.
El cierre del bar más conocido de Azcárate también ha supuesto que taxistas, niños o personas mayores que frecuentaban la zona se hayan quedado sin un lugar al que acudir en el caso de tener una emergencia y necesitar hacer uso del aseo.
Respecto a la terraza y la prohibición de su habilitación ha dicho que “una cafetería sin terraza es como un jardín sin flores. Los políticos me dejaron fuera porque según la nueva ordenanza, los quioscos no pueden tener terraza y esto es considerado quiosco, no local”.
“Todos los quioscos de la ciudad están como yo, pero con el único al que han ido al cuello ha sido conmigo. Hay más de 80 quioscos que no tienen permiso de apertura, los puestos del mercado tampoco, pero han ido a por mí”, ha reclamado Martín.
Adicionalmente, le exigen que el negocio lo trabaje el propietario, significando esto bajas de trabajadores que pierden un sueldo necesario para sus familias.
Por su parte, la presidenta de la Asociación de Vecinos de Azcárate, Ana Mesa, ha asegurado que el cierre de La Riquísima ha traído muchas consecuencias negativas al barrio.
“La plazoleta está desolada, triste, esto era un lugar de reunión de madres al traer los niño al colegio, por las tardes se reunían por las actividades que hay para los niños y se tomaban su cafelito y eso se ha perdido”, ha lamentado.
Mesa ha denunciado la retirada de los cajeros automáticos “y ahora el bar”, a lo que ha añadido con un tono de indignación que: “¿A dónde vamos a llegar?
La presidenta de la barriada ha exigido al Ayuntamiento que colabore en la unión vecinal y la alegría del barrio, así como en el avance de la misma.
La imagen solitaria de la plaza está provocando que los rincones sean ocupados por gente incívica que, al no sentirse observada, arroja basura y descuida la zona.
“Tiran latas de Coca-Cola, ladrillos, se dedican a fumar y a hacer sus necesidades detrás de bar. Suerte que han puesto más luces”, ha afirmado Mesa.
Desde Azcárate hacen un llamamiento al Ayuntamiento para que reflexione sobre los vecinos, por quienes que se han quedado en paro y por las personas que venden lotería, cuyas ganancias se han reducido a la mitad.
Isabel Caparrós, lotera en la zona de Azcárate, es una prueba de ello, pues a consecuencia del cierre de La Riquísima, ha reducido considerablemente su venta, tanto ella como sus compañeros.
El cierre de La Riquísima ha significado un apagón para el barrio y los vecinos exigen que Azcárate vuelva a ser lo que era: una plaza llena de vida, ocio y con un ambiente familiar.
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