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Ingesa solo remite a las estadísticas del Ministerio o bien da datos específicos a demanda o por aclarar.
Miguel Ángel Blanes Climent, técnico jurídico en el Defensor del Pueblo de la Comunidad Valenciana, diserta en una entrada de su blog ‘Transparencia y gobierno abierto’ sobre el derecho de los ciudadanos a acceder a las listas de espera sanitarias, con disociación de los datos que impidan la identificación de las personas, ante las dudas que plantea su publicidad.
La situación en cada comunidad autónoma es muy variada, como apunta Blanes, ya que la Ley 19/2013 de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno no se refiere a esta importante cuestión ni tampoco las leyes autonómicas sobre transparencia aprobadas hasta ahora.
En Galicia y La Rioja, la información sobre las listas de espera es muy escasa. En la Comunidad Valenciana se publican los indicadores de la lista de espera quirúrgica por especialidades y por patologías, así como un informe de situación. Aparecen los tiempos medios de espera. En Aragón, se publican los datos globales mensuales de la lista de espera quirúrgica y de consultas externas por hospitales o centros de salud, indicando el número total de pacientes en espera y el tiempo medio de espera .
La Comunidad Cántabra ha aprobado una norma con rango de Ley sobre garantías de tiempos máximos de respuesta en la atención sanitaria especializada y ha creado un Registro de Pacientes en Lista de Espera. Sin embargo, no se permite el acceso ha dicho registro a través de internet por los propios pacientes interesados, de manera que no saben qué lugar ocupan en la lista de espera y cómo va evolucionando la misma diariamente. En la página web se detalla el número total de pacientes en lista de espera que hay en cada hospital por especialidad y los tiempos medios de espera.
El caso de Madrid
Una de las comunidades que más información personalizada facilita a los pacientes sobre las listas de espera es la de Madrid. Se ha habilitado una sección en la página web desde la que los pacientes podrán comprobar su situación en la lista de espera. Se contempla el acceso mediante la introducción de su DNI y un código numérico facilitado al quedar inscrito en la lista de espera.
Aunque Blanes no menciona el caso de Ceuta en su artículo, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) suele remitir a las estadísticas del Sistema Nacional de Salud que elabora el Ministerio de Sanidad, que da a conocer los indicadores de tiempos medios y evolución de las listas de espera quirúrgica y de consultas externas. O bien, ofrece datos de periodos específicos en función de la demanda de información con la que satisfacer a la opinión pública así como aquellos con los que Ingesa ilustra situaciones concretas. Con carácter general, no se contempla la publicidad de las listas por la protección de los datos personales.
Datos disociados
En opinión de Blanes, los pacientes deberían tener acceso a las listas de espera disociando los datos identificativos de las personas o mediante una clave de acceso. Este servicio permitiría que los pacientes pueden estar identificados con un código numérico u otro sistema que garantice la protección de datos personales.
Además, el autor de la tesis doctoral sobre ‘La transparencia informativa de las Administraciones Públicas’ considera necesario que la información sobre las listas de espera se extienda a las operaciones urgentes y a los trasplantes de órganos. “Al no existir transparencia en este tipo de intervenciones urgentes, resulta muy fácil burlar la lista de espera. En este contexto de oscuridad, si el paciente cuenta con ‘buenos contactos’ en la administración sanitaria o en el hospital correspondiente, la calificación de su intervención como urgente le ahorrará mucho tiempo de espera, frente a las personas que carecen de dichas influencias y no tienen más remedio que confiar en que algún día le llamarán por teléfono”, argumenta Blanes.