El apedreamiento de la cristalera que protege la imagen del Cristo del Puente ha generado una profunda indignación y rechazo en nuestra ciudad.
Este acto de vandalismo ocurrido este pasado sábado no solo atenta contra un símbolo religioso, sino que también refleja tensiones que pueden surgir en una sociedad diversa como la nuestra, sin que se sepan todavía las causas, la intencionalidad o el autor de este atentado contra los sentimientos religiosos.
Ceuta, con su rica mezcla de culturas y religiones —cristiana, musulmana, judía e hindú—, es un ejemplo de convivencia que debe ser preservado y promovido, evitando por lo tanto hacer cualquier tipo especulaciones en un acto de gamberrismo callejero, porque el impresentable que ha llevado a cabo este atentado seguramente ignore el fervor que se tiene a esta imagen tan emblemática de la ciudad por parte de la comunidad cristiana y que afortunadamente no ha sufrido daños, descartando por lo tanto y a mi juicio, cualquier otra motivación.
Ayer domingo, la imagen volvió a su lugar después de colocar el nuevo cristal que la protege para alegría de los fieles que la acompañaban en procesión.
Es fundamental condenar públicamente cualquier forma de violencia y agresión, ya sea hacia símbolos religiosos o hacia las personas.
La diversidad cultural de Ceuta es una fortaleza que debe ser celebrada y respetada. En lugar de permitir que actos aislados como este dividan a nuestra sociedad, es esencial fomentar el diálogo y la comprensión entre las diferentes culturas que coexisten en la ciudad.
Un llamamiento a la convivencia implica trabajar juntos para construir puentes de entendimiento y respeto mutuo.
Las cuatro culturas de Ceuta tienen mucho que aprender unas de otras, y es a través del respeto y la colaboración que se puede lograr una sociedad más armoniosa.
Es muy importante en momentos como éste, unir fuerzas para rechazar la violencia y promover la paz, la tolerancia, la libertad de culto y el respeto en todos los ámbitos de la vida.
Y por último, desear que el autor de este ataque vandálico pronto sea identificado y detenido por la policía y que por lo tanto pague con todo el peso de la ley por un acto que atenta contra el patrimonio histórico, religioso y cultural de Ceuta.
Muy bien dicho, cada quién es responsable de sus acciones.