La Unión Sindical Obrera (USO) ofreció ayer una paella y pinchitos a sus asociados y simpatizantes en la Discoteca Divine. Allí, los miembros del sindicato se reunieron también para pedir a las administraciones públicas políticas de empleo y en contra del recorte de los derechos laborales.
Para esta organización sindical, hay que poner en el epicentro de las políticas el empleo, “por se precisamente el empleo digno, pleno y con derechos, la solución a los principales males que padece nuestro país y sus ciudadanos. Y junto a él, abogar por las necesarias reformas de las instituciones financieras para que respondan a las necesidades de la economía real y productiva, la necesaria reforma fiscal para tributar todos según los ingresos percibidos para una justa distribución de la riqueza, las necesarias inversiones en infraestructuras y la diversificación de nuestro modelo productivo con la industria como principal apuesta para hacer un modelo sostenible, redistributivo y social”.
USO entiende también que la urgencia y la prioridad “no es el pretendido socavamiento de los derechos sociales y laborales como conllevan las reformas anunciadas y las proclamas de determinadas entidades financieras y empresariales ante las cuales es preciso anteponer la movilización social y sindical para revertir las mismas y encauzar las medidas políticas hacia la verdadera urgencia y necesidad, como es el que prioricen las personas y el empleo”.
La central sindical lamenta que España se haya convertido -dice- “en un país con latas tasas de pobreza al tener un millón doscientos mil hogares con todos sus miembros en paro y más de ocho millones de personas por debajo del umbral de la misma, de los cuales millón y medio de ciudadanos sufren pobreza severa y alta exclusión social”.
Para USO, dicha situación exige reforzar las medidas de protección social que den amparo a las personas que carecen de recursos y empleo, y realizar una reforma fiscal a fondo para que, no sólo los asalariados sino todos los asalariados, coticen en función de su renta real, “por ser más necesaria que nunca una más justa redistribución de la riqueza como imperativo de justicia social, igualdad y solidaridad.