¿Era para consumo propio o utilizaba el quiosco para vender hachís?. Esa es la pregunta que tiene que aclarar en sentencia el titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta tras la celebración de un juicio por un delito contra la salud pública.
El Ministerio Fiscal tras escuchar a los testigos siguió con su escrito inicial, solicitando la pena de 3 años y 6 meses de prisión por un delito contra la salud pública con el agravante de venta en establecimiento al público. La Defensa, por su parte, solicitó la libre absolución de su representado.
El acusado, S.Y., fue puesto en libertad tras la celebración del juicio, señalando el magistrado que no interfiere si le cayera una sentencia condenatoria que tuviera que ingresar de nuevo en la prisión de Mendizábal.
Los hechos a los que se hizo referencia en este juicio ocurrieron el 22 de junio sobre las 20:50 horas. Agentes de la Policía Nacional de la unidad de la UIP destinados en nuestra ciudad estaban prestando servicio rutinario por la barriada del Príncipe cuando decidieron cachear a unos jóvenes que se encontraban en las inmediaciones de un quiosco de la calle San Daniel.
Tras el cacheo, les encontraron hachís escondido en su ropa por lo que decidieron hacer una inspección del quiosco por si era un punto de venta. “Al estar los dos jóvenes con el que regentaba el quiosco, decidí inspeccionarlo y encontramos debajo del mostrador una pieza de hachís de 90 gramos escondida en una bolsa blanca, así como 175 euros en metálico.”
Con esos indicios, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía decidieron detener al acusado.
Una versión que contradice a la ofrecida por este, ya que niega que utilice el quiosco para la venta de drogas y argumentó que ese trozo de hachís era “para consumo propio”.
Además el acusado señaló que la droga no estaba debajo del mostrador, tal y como indican los policías, sino que se encontraba en el interior del baño “lejos de los clientes para no incomodarlos”.
Por último, el acusado afirmó que es consumidor habitual desde hace 3 años, “cuando murieron mis padres”.
En El Príncipe, no me lo puede creer.
Que investiguen bien, en esta zona no se consume ni se vende droga