La música militar es una manifestación artística que acompaña a los Ejércitos desde la antigüedad. Se trata de una actividad que ha llegado hasta nuestros días dejando un amplio testimonio documental en Ceuta que revela su importancia. A lo largo del tiempo, nuestros Ejércitos no se han limitado a marchar y cantar acompañados de piezas musicales, sino que estas han sido producidas e interpretadas por profesionales de las Fuerzas Armadas.
En la actualidad el patrimonio histórico que representa la música militar es de enorme interés y permite conocer la realidad y la historia de los Ejércitos. Este patrimonio musical constituye un fondo de gran importancia cultural que está depositado en diferentes centros dependientes del Ministerio de Defensa y se va incrementado con la actividad profesional musical de las Fuerzas Armadas en la actualidad.
En Ceuta la vida militar está muy arraigada con el día a día y no podía faltar la Unidad de Música de la Comandancia General. Los ceutíes están acostumbrados a verlos en cualquier acto y a apreciar su buen hacer pero a veces se conoce poco de su día a día y de sus esfuerzos para que todo salga a la perfección. FaroTV ha querido adentrarse en el día a día de esta Unidad y conocer a sus integrantes.
Amadora Mercado Pérez, teniente directora de la Unidad de Música del Batallón del Cuartel General de la Comandancia General de Ceuta, lleva poco tiempo en el cargo pero está “encantada” desde que llegó en agosto del año pasado.
Mercado nació en Bailén (Jaén) y estudió dirección de orquesta en Málaga. Años más tarde estuvo trabajando en una banda de Sevilla, en la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora de la Oliva de Santera. “De siempre me gustaba. De hecho este era el principal objetivo. Es muy curioso porque me enteré que hay un superior de dirección de orquesta hace ya bastantes años, porque en mi pueblo se conmemora la batalla de Bailén y allí acuden muchos militares y se realiza una recreación. Entonces tocaba en la banda municipal de mi pueblo y me gustó tanto que desde entonces empecé a investigar para saber cómo podía acceder y ser yo una de las que participará en esos actos”, señala.
“Aquí estoy de maravilla, tanto en la ciudad como en la unidad de música. Hay un ambiente perfecto y hacer música con la profesionalidad que existe es un placer. Además la ciudad, yo que también soy de sitio pequeñito, a mi me encanta. Estoy feliz y encantada de poder estar aquí”, prosigue.
En relación al papel de la música en los Cuerpos Militares, asegura que su misión es “dar solemnidad a nuestros actos y paradas militares, tan fundamentales en nuestro día a día que son el claro ejemplo de disciplina, constancia, trabajo en equipo y hermandad. Nosotros somos los encargados de levantar el ánimo de nuestra tropa. Somos el corazón de las Fuerzas Armadas. En cada desfile, el militar necesita del pulso de una marcha o de un himno como el cuerpo necesita del latir del corazón. Con cada pieza, los cientos de corazones que allí presentes desfilan, laten bajo un mismo pulso aunando sus corazones para, entre todos, ser uno”.
La Unidad de Música influye en un guerra sobre todo “en la moral” de la tropa. “Estamos ahí para que las tropas se vengan arriba. Para que estén siempre con mucha fuerza, porque siempre se trabaja mejor si se está contento y sienten ese ánimo”.
Mercado ha querido dejar claro que la Unidad de Música no solo cumple una función militar, sino también social que es de “gran importancia”. “Estar día a día al pie del cañón para hacerle frente a los numerosos actos que realizamos en la plaza de Ceuta y a los numerosos conciertos que interpretamos ya sean para nuestros mayores, nuestros niños en los colegios, nuestras hermandades o nuestro público en general. Conciertos de vital importancia puesto que nuestro cometido no se limita solo a lo militar, sino que trasciende a una importante labor con la sociedad civil, en la que nos convertimos en la imagen de nuestras Fuerzas Armadas”, prosigue.
La directora de la Unidad de Música está al cargo de 33 personas, con ella son 34, y reconoce que es una responsabilidad “muy grande”. Añade que como en cualquier otro sitio además de ser “militares y músicos” somos personas. “Hay que tener mucha mano izquierda con todos ellos, todos vienen de su madre y de su padre, que pueden tener sus problemas del día a día y creo que eso para mí es la parte más difícil de mi trabajo. Es lo más complicado porque la verdad que hacer música con ellos es muy fácil. Por ahora estoy contenta con todo ello”.
Los militares de este Cuerpo, trabajan de lunes a viernes, y lo primero que realizan nada más llegar es hacer deporte. “Una vez que realizamos ejercicios, comenzamos con los ensayos. Normalmente lo hacemos en nuestro cuartel, y si por ejemplo es un acto que se va hacer en otro lugar pues nos desplazamos allí y hacemos el ensayo”, finaliza.
Una de las personas que más tiempo lleva enrolada con la música dentro de la vida militar, es el sargento primero Foncubierta. Lleva metido en este mundo desde el año 2006 y su instrumento es el trombón de varas.
“Siempre he estado relacionado con ese instrumento. Antes de entrar a la Unidad de Música hice mis estudios en el Conservatorio donde estuve estudiando durante años este instrumento”, apostilla Foncubierta.
Es natural de San Fernando, otra de las ciudades del país con mucho arraigo a la vida militar, por lo que fue clave en su infancia para crecer con ganas de pertenecer a las Fuerzas Armadas. “Desde pequeño he querido. He vivido en una ciudad con mucho arraigo y siempre he querido pertenecer. Eso provoca que desde pequeño te ayude a querer aprender a tocar un instrumento y llevarlo a cabo en tu vida profesional”.
“Básicamente lo que hacemos es elevar la moral de los compañeros. Cualquier acto de militar ahí estamos para que puedan, por ejemplo, realizar un mejor desfile y que siempre sientan el ánimo de todos nosotros”, finaliza Foncubierta.
De los más jóvenes en la Unidad de Música, está el sargento Montalvo. Toda una vida ligada a la música, su instrumento es el oboe, y lleva en septiembre en Ceuta.
“Llevo formándome desde hace dieciocho años. Siempre me ha gustado tocar este instrumento -el oboe-. Para mí es un orgullo. Tener la oportunidad de pertenecer a una Unidad de Música en tu propio país para mi es increíble. Llevamos muchas horas de ensayos para poder compartir ese arte. Es fantástico ver como las personas acogen nuestra música, ya que sienten las Fuerzas Armadas, tal y como lo hacemos nosotros. Es un verdadero orgullo”, apostilla Montalvo sobre llevar la música a los ciudadanos.
Nació en Cuenca y toda su familia ha sido amante de la música. Aunque reconoce que no a nivel profesional, pero sí ha crecido en un ambiente donde siempre ha gustado. “Mi padre tocaba ya en la banda de mi pueblo, y aunque fuera de forma amateur, me viene de herencia. Además mi hermana toca el clarinete y el piano, y a mí me tocó este instrumento tan bonito”.
Este sargento se siente un afortunado de poder compartir su dos pasiones, la música y la vida militar. “Al final eso es lo más bonito de todo. Pertenecer a esta institución que lo vive tanto, como compartirlo con los tuyos, es algo tan bonito que no se le puede pedir más a un artista que al final es lo que somos”.
“Nosotros le transmitimos a los militares emociones y mucha moral. Sobre todo los combatientes necesitan esa moral para poder, por ejemplo, entonar el himno y sentirse más unido”, finaliza.
En la Unidad de Música Militar no podía faltar un ceutí. Este es el sargento López Castillejo, el cual toca la flauta travesera.
López creció viendo a los militares por las calles, a la Hermandad del Encuentro el Martes Santo acompañada por la legión o a cualquier militar corriendo por García Aldave. Al final es casi imposible no sentir “el gusanillo” por querer entrar y compartir esa vida.
“Ver a los Regulares y a la Legión en Semana Santa, o cualquier acto que hacían en la calle, pues pensaba que bien lo hacen me gustaría estar ahí. Siempre me fijaba en la bandas de música, y ese gusanillo va entrando y es casi imposible no sentirte atraído”, ha señalado.
El sargento López Castillejo entró en el conservatorio desde pequeño “por vocación” y ahí se estuvo formando hasta poder pertenecer, año después, a este Cuerpo.
“Es un privilegio dedicarme a la música y sobre todo poder hacerlo en mi ciudad, con mi gente y mi familia”, finaliza.
Siempre que vamos a disfrutar de cualquier acto en el que está inmersa la Unidad de Música vemos a los militares perfectamente preparados y con sus partituras listas para interpretar cualquier canción. Pero eso no es algo que se organice de la noche a la mañana y es que tiene mucho trabajo previo, tal y como llevar cada partitura a la perfección. De ese trabajo se encarga el brigada Miguel La Fuente, que es el encargado del archivo de la Unidad de Música de la Comgeceu.
Su principal trabajo es custodiar todo el archivo tanto digital como el que existe aún en papel. “Lo tenemos organizado en carpetas como de: obras, de conciertos, pasodobles, himnos… Al final es un archivo muy grande y hay que tenerlo todo seccionado”.
Pero no siempre se tiene esa partitura, por lo que su trabajo es contactar con otras unidades de música o solicitar a Madrid. “Primero se mira en otras unidades o Madrid y sino, ya se mira más a fondo y se gestiona, por ejemplo, comprándosela a los propios autores”. Por último, el brigada ha señalado que el archivo de la Unidad de Música de la Comgeceu es uno de los más amplios del país. “Llevamos gestionando archivos desde 1921, por lo que han pasado muchos años y Ceuta es una de las que más historias tiene guardada en su archivo”, finaliza en su exposición que demuestra el tesoro local del que se dispone.
El sargento Montalvo explica cómo acceder a esta unidad para todas las personas que lo deseen pero desconocen el proceso. Eso sí, el sargento reconoce que actualmente es “complicado”, pero que todos deben esforzarse por su sueño. “Se precisa de un concurso-oposición. Hay mucho nivel y es duro. Es una fase preparatoria que, además de estar bien físicamente y estudiar idiomas, en la parque de tocar es muy extensa. Hay que hacer, por ejemplo, una obra que desconoce a primera vista. Eso es bastante complicado, pero hay que hacerlo de la mejor forma posible. Una vez que pasas ese proceso selectivo, has de pasar un año de instrucción, general y específico, para íntegramente como es debido y conocer la idiosincrasia de las Fuerzas Armadas”.
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