Ayer se celebró el encuentro anual, en el que se trató el problema de los cimarrones
La celebración anual del Consejo de Caza se cerró con varias decisiones vinculadas con el ámbito cinegético y con un intercambio de opiniones entre los diferentes agentes implicados en el problema de la proliferación de perros silvestres. A la vista acudieron representantes de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, encabezado por el consejero del ramo, Guillermo Martínez, y Carolina Pérez, de Obimasa; miembros de la Consejería de Sanidad y Consumo; integrantes de la Federación de Caza y de la Sociedad de Cazadores, Pescadores y Silvestristas. Todos, por unanimidad, acordaron no llevar a cabo “matanzas cruentas” cuando se acometan las labores del control demográfico de los perros silvestres.
Antonio López, presidente de la Sociedad de Cazadores, Pescadores y Silvestristas, informó de que, pese a no estar incluido en los puntos del día, los diferentes implicados abordaron el tema de los cimarrones debido a que se trata de un “problema que podría llegar a ser de importancia a causa de los ataques a viandantes y la posible propagación de enfermedades como la rabia”.
Entre las distintas voces de los reunidos llegó a determinarse que en ningún concepto puede haber “muertes cruentas” de animales. Asimismo, al efecto de controlar la población de los canes, volvió a mencionarse el protocolo de actuación recomendado: uso de jaulas trampa selectivas y, dado el caso, el de dardos anestesiantes, extremo que fue acordado de forma unánime por los diversos agentes representados en la sala de Plenos de la Asamblea.
Por otro lado, se comunicó a los presentes que la temporada de caza para el período 2011/12 se desarrollará entre el 9 de octubre el mes de enero, según se contempla la Orden de Veda. Además, se decidió realizar batidas para el control de la población de jabalíes.