La Universidad Camilo José Cela quiere poner en marcha un programa educativo tanto en Ceuta como en Melilla, al objeto de combatir las altas tasas de paro y fracaso escolar al considerar su incidencia en la adopción de conductas radicales.
Precisamente para prevenir ese integrismo que se está poniendo de moda entre los jóvenes, algunos de ellos desarraigados, se pondrá en marcha un programa que persigue aplicar técnicas de inteligencia emocional en ambas ciudades.
Se trata de instrumentos que esta institución académica ha puesto desde hace tres años al servicio de 180 menores víctimas del terrorismo en el denominado Campus de la paz y que, ante sus buenos resultados, quiere trasladar a otro ámbito, el de la prevención de la radicalización, después de registrarse casos de adolescentes que han querido partir a zonas de conflicto. Tal y como ha explicado en una entrevista concedida a Efe Madrid su rector, Eduardo Nolla, esta universidad está trabajando en la identificación de “los perfiles emocionales de los jóvenes susceptibles de ser radicalizados, a fin de elaborar guías para el mundo de la educación que contribuyan a frenar la barbarie terrorista”.
Aunque aún quedan algunas cuestiones por concretar, la Universidad, según señala uno de los coordinadores del proyecto, Ignacio Sell, podría poner en marcha el próximo curso escolar ese plan de prevención del radicalismo entre los colectivos sociales y educativos de solo dos barrios, el Príncipe en Ceuta y la Cañada en Melilla.
Se trata de formar caracteres tenaces y dispuestos a luchar contra los obstáculos, potenciar sentimientos positivos, educar en el control interno y en la esperanza. Todo ello aprendiendo a conocer las propias emociones, a controlarlas, a reconocerlas en las demás y a automotivarse. Recientemente, los promotores del proyecto tuvieron ocasión de darlo a conocer en el Fórum Internacional contra el Terrorismo celebrado en Abu Dhabi, donde la Universidad compartió con Covite el único estand español entre los 120 países representados.
¿Por qué se pondrá en marcha en Ceuta y Melilla? Además de por su ubicación geográfica, las razones vienen avaladas por el aumento de los índices de radicalización a los que quieren hacer frente desde la educación. Además, un 24 por ciento de los residentes en España que han viajado a Siria o Irak a combatir ha salido de Ceuta. Según el informe presentado por la Universidad en ese Fórum, cerca de 20.000 “contrabandistas” cruzan cada día la frontera desde las ciudades marroquíes de Nador y Tetuán al no requerirse visado. Una vulnerabilidad que aprovechan las redes que reclutan extremistas.
Como se ha puesto de manifiesto en algunas operaciones policiales, miembros de las “oficinas de enganche” de redes yihadistas han frecuentado Ceuta para realizar su labor de proselitismo y buscar apoyo financiero, entendiendo que puede conseguirse la captación de más personas. Otro fenómeno que se observa es la alta vinculación entre la delincuencia y el yihadismo y que éste se ha puesto de moda.
¿Radicalismo y desarraigo?
¿Está directamente relacionado el yihadismo con la pobreza o el desarraigo social? Los distintos informes dicen que sí e incluso vinculan esta situación de paro y fracaso escolar con las captaciones. Una conclusión demasiado generalista que choca directamente con el perfil de algunos de los que han marchado e incluso muerto en Siria. No se trataba de personas desarraigadas, sin disponibilidad económica, sino muy al contrario, bien situadas. Es el caso de uno de los que se inmoló en Siria, con negocio en propiedad, o algunas jóvenes que han partido, sin problemas económicos y formadas.