‘La rueda de hombres’ congregó a un numeroso grupo de varones y mujeres que clamaron contra la violencia de género
Un año más la Plaza de los Reyes acogió el simbólico acto que busca condenar la violencia de género y solidarizarse con las víctimas.
‘La rueda de hombres’ estuvo integrada por varones y féminas que visualizaron a través de su unión, con las manos cogidas, que cada eslabón es esencial en la lucha contra la violencia de género.
A su vez lanzaron una súplica para que se ponga en marcha el pacto de estado, aprobado en julio del pasado año, y se demandó la implicación de todas las fuerzas políticas e instituciones.
Y una ley justa y que se pueda llamar de igualdad sin que resulte un terrible insulto para quienes has vulnerado sus derechos fundamentales, debe proteger a mujeres hombres niños blancos negros ancianos amarillos a todas las personas indistintamente de su sexo su género o el color de su piel, todas las personas deben ser juzgadas en los mismos tribunales y con los mismos derechos constitucionales y la justicia únicamente debe estar especializada en la búsqueda de la verdad en cada caso. El maltrato psicológico es sufrido por la misma cantidad de hombres que mujeres pero con estas leyes es sufrido aún muchísimo más porque resulta el mayor maltrato y crimen que se puede hacer sobre personas y simplemente por el género al que pertenece basta ya de hipocresía es mentira falsedades que sustentan un terrible negocio de género y una terrible imposición ideológica contrarias a la Constitución a la vida y a los derechos humanos
Como se puede llamar Ley de Igualdad una ley que vulnera los derechos humanos más fundamentales del hombre, que vulnera su presunción de inocencia, que juzga al hombre en tribunales solo para juzgar a hombres y especializados o adoctrinados contra el hombre. Es la mayor hipocresía y sin razón que mueve un inmenso negocio de género. La Ley de Violencia de Género y el pacto de Estado contra el hombre son las leyes más injustas terribles y discriminatorias y que por su naturaleza terriblemente injusta acaba provocando el efecto contrario pues la discriminación y la injusticia sólo puede acabar provocando más injusticia y discriminación. Basta ya de hipocresía y sin razón, basta ya de este buenísmo hipócrita y que encubre el mayor atentado contra los derechos humanos fundamentales de persona simplemente por el género al que pertenecen.