Cada vez son más las entidades que se suman a la participación de la protesta que tendrá lugar el próximo 22 de mayo para denunciar la situación de la frontera.
En Melilla se reproducirá lo mismo que en Ceuta. Así, las dos hermanas, saldrán a la calle para que Madrid se entere de esta situación.
No se puede mantener por más tiempo un estado que ha terminado por causar una agonía a los ceutíes y melillenses. No sirve la excusa oficial del ‘estamos trabajando’, porque en la calle lo único que se aprecia es que la problemática no solo continúa sino que va a peor.
¿Cuánto tiempo puede aguantarse todo esto? Se ha soportado demasiado un bloqueo que afecta a todos. Porque lo que se dibujó inicialmente como algo propio de los bolsillos de cuatro comerciantes se ha terminado transformando en una realidad bien distinta.
Tenemos un monstruo que está devorando el futuro de las dos hermanas y ante él, Madrid y sus representantes locales no pueden quedarse de brazos cruzados confiando en que ya llegarán las soluciones.
Asombra cómo ante la protesta del día 22, los máximos responsables en nuestra ciudad callan. Ni siquiera opinan al respecto.
Optan por considerarlo un sarpullido previo al verano, sin medir las consecuencias, graves, que han afectado de una manera tan dura a Ceuta y Melilla hasta el punto de hacer saltar todas las alarmas.
Dos ciudades que se ahogan tienen que salir adelante unidas y, si cabe, protestar de la mano como única manera posible de que esa voz pueda escucharse donde se debe, porque hasta ahora, si es que oyeron las quejas, no han actuado con la contundencia que se espera.