El viernes nos levantamos con la noticia, el día anterior había muerto MARCELINO CAMACHO, un hombre bueno que lucho por conseguir la LIBERTAD que hoy disfrutamos, sufrió persecución y estuvo encarcelado, primero al terminar la Guerra Civil hasta 1943 que consiguió escaparse al, entonces, Marruecos Francés y no volvió a España hasta 1957. Enseguida comenzó a tomar contacto con la clase obrera y fundo, junto con otros compañeros, el sindicato Comisiones Obreras, por lo que es llamada el "padre del sindicato moderno".
No quiero extenderme en su biografía que podemos encontrar en las hemerotecas, estas lineas son un homenaje a un hombre bueno, leal a su ideas, que, no se dejo vencer por la persecución y la cárcel y que ya en democracia continuó luchando por conseguir: salarios más justos, trabajo y bienestar social para los más desfavorecidos. Cuando las cosas no iban como el esperaba y en una época convulsa en su sindicato, no dudó en renunciar a la secretaría general del mismo y se retiró de la vida política. Hombres como él son necesarios en todos los tiempos y por ello desde estas humildes lineas quiero rendir homenaje a su memoria y dar nuestro más sentido pésame a su compañera e hijos.
Es casualidad, pero, es bueno recordar que Marcelino ha muerto el mismo día que se cumplen veintiocho años de aquel "28 de Octubre" cuando después de 43 años la izquierda conseguía una victoria absoluta en una elecciones generales, por todo ello y por su "ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar".