Una reforma que recupera la esencia de la Catedral

La Santa Iglesia Catedral acogió ayer el acto de entrega de diplomas de la Escuela Taller Catedral de la Asunción que ha formado a 16 jóvenes menores de 25 años en la rehabilitación de la sillería y retablo catedralicio con el objetivo de su puesta en valor en el patrimonio histórico y cultural de nuestra ciudad.

Al acto asistió el consejero de Presidencia, Gobernación y Empleo, Jacob Hachuel, quien resaltó el hecho de que actuaciones de esta índole son la “mejor inversión” del Gobierno, al incidir en “formación y futuro”. Destacó, además, la relevancia de haber recibido una formación en una profesión “con futuro y, sobre todo gratificante, porque cualquier trabajo con la madera tiene calor y te devuelve todo lo que le has sabido ofrecer”.
Esta acción, que se ha prolongado durante un año, ha dado trabajo a cuatro personas, las que han integrado el equipo docente y ha contado con un presupuesto de algo más de 212.000 euros, financiación que aporta el Estado.
El subdirector de Formación y Empleo del SEPE, Javier Bermejo, se ha congratulado de que la subvención destinada a este taller ha “formado a jóvenes en un trabajo de gran utilidad social, por lo que estamos satisfechos al ser una partida muy bien invertida”.
Bermejo ha resaltado el trabajo de este taller cuyo objetivo primordial ha sido el “mantenimiento de un rico patrimonio histórico y artístico que no se puede malograr”.
El curso ha girado en torno a la carpintería, ebanistería y tratamiento y conservación de la madera, y los participantes han aprendido con una caso práctico, concretamente sobre un elemento de gran valor patrimonial e histórico.
“Estaba en unas condiciones nefastas por los años que lleva la Catedral sin mantenimiento previo y tanto la humedad como la polilla habían afectado mucho al retablo”, explica el director técnico de la escuela taller, Jesús Sánchez.
Algunas de las piezas se encontraban en tal estado que muchas se han deshecho, por lo que ha sido necesario reconstruirlas de forma manual. “Ha habido que desmontarlo pieza por pieza y comprobar cual se podía recuperar y cual se hacía nueva, pero no se podía cambiar todas, porque en una restauración no se cambia la totalidad, sino sería hacer un proyecto nuevo”.
Con la restauración ya finalizada, la sillería y el retablo catedralicio “puede durar hasta 200 años. Tendrá una vida larga porque está saneado, pero siempre y cuando haya un mantenimiento y se siga cuidando”.
La mayor dificultad de este taller ha consistido en que el trabajo es manual “aquí hay que ir tallando  todo a mano, además de motivar a los muchachos”, insiste el director técnico, quien ha destacado el “impresionante trabajo realizado. Venían sin ningún conocimiento de carpintería y el resultado es para quitarse el sombrero ante ellos”.
El deán de la Catedral, Francisco Jesús Fernández, realzó la restauración de una pieza que viene a suponer la recuperación de la “esencia y el sentido de la Catedral y el lugar en el que han rezado infinidad de sacerdotes a lo largo de la historia”.
No sólo se ha recuperado una pieza cultural, apuntaba el deán, sino también “parte del patrimonio espiritual de la ciudad”. Ha resaltado el trabajo realizado por los alumnos y confía en que este tipo de acciones vuelvan a repetirse para continuar rehabilitando parte de la “historia cultural y patrimonial de la ciudad”.

De cara a la celebración del sexto centenario, se pretenden reformar otros elementos, como las torres, campanas o solería

La restauración de la sillería, perteneciente al coro de la Catedral, es el principio de lo que puede ser un importante proyecto de recuperación del templo. Esta es la intención de las autoridades eclesiásticas, que se han propuesta ejecutar la reparación de todo el material de madera noble, como confesionarios, puertas, sacristía o restauración de retablos.
Por otra parte se pretende continuar con la recuperación de la galería pictórica, tal y como ya se hiciera con el Martirio de San Daniel, “un gran lienzo que se restauró gracias a la intervención de la Ciudad”, explicaba el deán de la S.I. Catedral, Francisco Jesús Fernández.
Con el Plan Nacional de Catedrales, que coincidió con el nombramiento de monumento VIP, se llevó a cabo la reforma del exterior, concretamente de las cubiertas y la cruz, quedando únicamente pendiente las torres interiores, iluminación interior y las campanas. También la solería y, en general, el mantenimiento integral de la Catedral, están pendientes con vistas a la celebración del sexto centenario de la construcción del templo, que en sus inicios era una antigua basílica, para convertirse posteriormente en mezquita y recuperarse de nuevo como catedral consagrada a Nuestra Señora de la Asunción.
Aunque en el siglo XIX experimentó una gran reforma, la Catedral quedó inconclusa. “Es por ello que ahora lo que hacemos es dar valor a lo que nos ha legado la historia y también ofrecer un sentido litúrgico y cultural al templo catedralicio de la ciudad”, explica el deán.