Una ley que da para mucho más

“El espíritu principal de esta propuesta de reforma de la Ley de Registro Civil, que ahora está en el trámite de proyecto de ley en el Congreso de los Diputados, es adaptar los valores que consagran nuestra Constitución Española de 1978 a la realidad política, social y, sobre todo, tecnológica”.

Quien así se explica es el funcionario delegado del Registro en Ceuta, Jacinto León, quien añade que el sentido de esta reforma va mucho más allá del debate que se ha suscitado por el orden de los apellidos, ya que serían muchas las ventajas que podrían conseguirse con su puesta en marcha.
Con ésta, por ejemplo, se suprimirían las largas  colas y se establecería una colaboración entre las distintas administraciones públicas para el intercambio de datos, lo que simplificaría las gestiones. Así, por ejemplo, la administración local ya no necesitaría la partida de nacimiento, matrimonio o cualquier otro documento para realizar la gestión para conceder becas o ayudas, ya que el funcionario podrá acceder a los datos personales que haya en el Registro Civil. Los libros de familia también desaparecerán. León considera que “es un trámite que está de más, porque tiene el valor de lo que es un certificado de nacimiento, únicamente indica el nombre, apellidos, fecha de celebración e hijos, sin embargo para acreditar los datos familiares está la certificación literal de nacimiento”.
La posibilidad de poner al niño el apellido materno como primero no es algo nuevo. La reforma del artículo 109 del Código Civil, de 5 de noviembre del 99, ya lo hacía posible. La única novedad de esta última propuesta de reforma en cuanto al orden de los apellidos es que si no hay conformidad entre los progenitores, se establecerían según el orden alfabético, un asunto que ha sido rechazado ya por muchos colectivos al considerarlo impersonal, por lo que proponen un árbitro para establecer el orden que beneficie al menor.
En la actualidad, el Registro Civil funciona dividido en cuatro secciones: nacimiento, matrimonio, defunciones y tutela y demás representaciones legales; y con la reforma se podría convertir en un Registro Civil personal e individualizado “de tal manera que cada persona, desde el momento de su nacimiento o que adquiera la nacionalidad española, tendrá un código personal para acceder a todos los hechos relacionados con el estado civil de las personas a través de medios telemáticos e informáticos”. Esta es, para León, la explicación de esta propuesta, muy lejos de la polémica creada en la calle que ha suscitado un debate político a nivel nacional.
La reforma del 99 también indicaba  que el orden de apellidos de distrito para el mayor de los hijos es el que rige en las instrucciones de nacimiento posteriores de sus hermanos. No obstante, siempre el hijo, al alcanzar la mayoría de edad, ya podía optar por la alteración o inversión de sus apellidos. También hacía posible poner de nombre diminutivos reconocidos por la sociedad, por ejemplo, Lola o Nacho.
Otra de las variaciones que se podrían producir con esta última propuesta es que, hasta ahora, las competencias eran de los jueces y magistrados determinados por la ley, pero a partir de ahora el encargado va a ser un funcionario de la AGE o un secretario judicial. Es decir, se desjudicializar el Registro Civil.

Pocos cambios de apellidos
Han sido muy pocos los ceutíes que, acogiéndose a la reforma del artículo 109 del Código Civil han puesto a sus hijos el apellido materno antes que el paterno o que al cumplir la mayoría de edad han cambiado su orden. “Normalmente todo el mundo pone el primer apellido el del padre y el segundo de la madre”, explica León.
Una de las curiosidades que se han dado en el registro de los apellidos en la ciudad tiene que ver con, en el caso de muchos musulmanes, que haya personas con el mismo apellido de primero y de segundo. Y es que antes era costumbre poner a los niños musulmanes de primer apellido el nombre del padre y de segundo el nombre del abuelo. Con el tiempo se aplicó la ley y se ponía de primer apellido el del padre y de segundo el de la madre.

¿Algo normal o una agresión a  las tradiciones del país?

Muchos han sido los debates que se han creado en la calle e incluso en la red. En Facebook, por ejemplo, se creó un grupo titulado ‘El PSOE exterminó mis apellidos. Quiero que me los devuelvan’.
En los distintos debates suscitados por esta propuesta, que aún no ha sido aprobada y que se prevé que será difícil que se lleve a cabo, hay quien piensa que eliminar la primacía de los apellidos paternos es normal y otros que consideran que supone una agresión a las tradiciones.
Algunos colectivos están en contra de la forma en que se está difundiendo la propuesta de ley, ya que no se centra en lo que realmente significa, sino que se ha creado una polémica por el orden de los apellidos.

“Desaparecerán todos los apellidos menos Abad”, dice un catedrático

Los cálculos realizados por el catedrático de Matemática Aplicada de la Universidad de Cantabria y miembro de número de la Real Academia de Ingeniería Enrique Castillo indican a que dentro de muchas generaciones “todos los ciudadanos acabarán teniendo el mismo apellido y, además, por duplicado, Abad Abad”.
Por su parte, Hispagén Asociación de Genealogía Hispana ha hecho público un comunicado señalando los aspectos históricos de este asunto y advirtiendo acerca de las consecuencias “indeseables” de la reforma, que puede dar al traste con la “riqueza onomástica española”.
Además expresa que en el supuesto de falta a acuerdo se establezcan alternativas que no afecten a unos apellidos en detrimento de otros.