Una labor importante es que la desarrolla el área de Menores en los distintos centros que son de su competencia, aunque, desde luego, mesiánicamente, además de Punta Blanca, el de La Esperanza es el más conocido por la permanencia en los mismos de los menores extranjeros no acompañados. No es un comentario de costes financieros sobre lo que la Ciudad percibe y lo que recibe por parte de la Administración General del Estado. No es un comentario sobre si el tema de los menores es un fleco o no de la inmigración irregular en general. Es un comentario para ensalzar el trabajo de unos profesionales, tanto quienes están en la labor de dirección del área y de gestión y de todos los que luego ejecutan esas directrices en cada uno de los centros que son propiedad de la Ciudad Autónoma. Es cierto que, en más de una ocasión, están obligados a que la imaginación eche a volar porque los medios escasean y quizás les gustaría encontrar mejores caminos para que quienes pasan por sus manos encuentren un camino en la vida.
Es cierto que, luego salen a la luz muchas historia desagradables, pero es una llamada para quienes se dedican a criminalizar a los menores extranjeros no acompañados y le culpa de todos los males de la inseguridad cuando es una falacia que no merece ni la pena comentar, pero que hace mucho daño a quienes día a día están con ellos para buscar una salida de futuro. El trabajo bien hecho debe ser ensalzado y más en estos casos.