La joven Chaima, de 21 años y vecina de Arcos Quebrados, ha pasado a engrosar la lista de detenidos por su presunta relación con el yihadismo más radical. Ayer salió esposada y completamente tapada de su vivienda situada justo detrás de la mezquita.
Lo hacía pasadas las 9.00, casi tres horas después de que agentes de la Policía Nacional llegados desde Madrid se desplegaran en la entrada a su vivienda, bloquearan los accesos y reventaran la puerta para proceder a su identificación, arresto y registro exhaustivo de su hogar.
La intervención no era casual. Los grupos de Información del CNP llevaban detrás de ésta y de más mujeres desde hacía varios meses. Su expediente con sus datos personales y seguimientos formaba parte del grueso investigador que ha dado forma a la denominada Operación Kibera, dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz y desarrollada a la vez en Ceuta, Melilla, Barcelona y la localidad marroquí de Castillejos, con la participación coordinada de integrantes de la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía y la Dirección General de de la Vigilancia del Territorio del Reino de Marruecos (DGST).
Chaima forma parte del saldo de 7 detenidos, todos ellos acusados de integrar una supuesta red yihadista, que habría conseguido reclutar a doce mujeres jóvenes a través de las redes sociales y foros de WhatsApp para enviarlas al frente sirio-iraquí de la organización terrorista Daesh.
Sus vecinos y familiares cercanos se mostraban ayer perplejos por la detención de quien, dicen, nunca había levantado sospechas. Criada en un entorno nada cerrado, con intención de formar una familia, su detención causó sorpresa entre quienes vieron cortado su sueño con el ‘desembarco’ de casi una decena de vehículos policiales en la barriada y numerosos agentes entre los que dirigían el operativo y los que formaban parte del grupo de apoyo para intervenir si se producía algún disturbio.
Un vehículo camuflado azul trasladó a Chaima, joven alta y robusta, completamente tapada, hasta el Helipuerto civil. Pasadas las diez de la mañana aterrizaba un helicóptero oficial del CNP llegado desde la base de Madrid para llevársela directamente a la capital. Chaima seguía así el mismo recorrido que el resto de detenidos: dos mujeres (una de ellas menor de edad) y un hombre en Melilla, y otra mujer de nacionalidad chilena en Barcelona. Todos serán puestos a disposición del magistrado Pedraz, acusados presuntamente de formar parte activa de una red internacional en la que cada uno de ellos desempeñaba un rol concreto de captación, reclutamiento y envío de mujeres jóvenes al frente sirio-iraquí en el marco de la organización terrorista Daesh.
Tal y como ayer informó de manera oficial el Ministerio de Interior, en el primer estrato, las fuerzas de seguridad sitúan a los directores, papel desempeñado por los dos arrestados en Castillejos que, si bien actuaban en la sombra, ostentaban la máxima responsabilidad de la red y se valían de facilitadores y mujeres jóvenes que tendrían el papel de “reclutadoras activas”.
Las cuatro mujeres detenidas en España, entre ellas la joven Chaima, tenían esta misión: manejaban las redes sociales para reclutar a otras jóvenes, el último escalafón de la red.
Interior cifra que hasta la fecha se ha logrado identificar a doce mujeres captadas tras ser sometidas a un proceso de radicalización a través de las redes sociales, con el objetivo de integrarlas en Daesh y enviarlas a la zona de conflicto. Una vez atrapadas en este grupo son empujadas “irremediablemente” a una vía de no retorno.
El único hombre detenido en Melilla tenía como rol el facilitar todos los contactos. De las investigaciones se desprende que las reclutadoras insertaban mensajes y propaganda en redes sociales y Facebook en los que insistían en “la supuesta crisis de valores existente en la sociedad occidental actual”, que solo podría superarse con el Islam.
Se trata de mensajes dirigidos a mujeres jóvenes, cuyas respuestas positivas filtraban las reclutadoras para seleccionar a las víctimas que pasarían a la segunda fase. En ella, una vez seleccionadas, se las redirigía a foros privados de WhatsApp donde se les daba consignas para pasar a la acción.
Cuando ya daban ese paso, la red las derivaba a foros más exclusivos y con más medidas de seguridad, y solo cuando se tenía constancia del reclutamiento efectivo se producía el contacto personal.
Todas ellas cumplían una serie de patrones comunes, como su juventud (algunas menores de edad) bajas expectativas socio-laborales o usuarias de redes sociales sin supervisión. La preferencia para captarlas era Ceuta y Melilla, zonas sobre las que las fuerzas de seguridad han puesto el foco de atención desde hace meses debido a la constante salida de jóvenes para participar en estos conflictos.
El operativo de la red no siempre funcionaba adecuadamente. Durante estos meses de investigación constante, la Policía ha tenido conocimiento del intento de captación de chicas que, al final, han decidido no completar la fase, es decir, en el último momento decidieron no marchar ni a Siria ni a Iraq. ¿Por qué? Algo falló. En al menos dos casos, tal y como ya adelantó El Faro en anteriores publicaciones, el complejo modo de proceder de esta organización no fue tan efectivo. Captaron a dos chicas, las radicalizaron, les hicieron ver su necesidad de marchar a este tipo de conflictos, pero nunca llegaron a coger el avión. Sí, en cambio, lo hizo la joven Lubna. Su marcha supuso un jarro de agua fría para las fuerzas de seguridad que confiaban en que no hubiera nuevas salidas de mujeres. El control que se tenía, las investigaciones constantes,las sospechas sobre mujeres ‘marcadas’ para salir, no fueron suficientes para evitar que esta técnico que trabajaba en un centro escolar de la ciudad embarcará rumbo a Turquía desde Málaga.
Antes que Lubna hubo más jóvenes, entre ellas una joven con su hijo de corta edad. Mujeres, siempre mujeres, lo que hizo sostener de manera fiable la existencia de una organización de captación únicamente femenina e integrada por mujeres que ejercían de enlaces y captadoras.
“La yihad desde casa”, titulaba un reportaje publicado hace un par de semanas en este medio. Ya se advertía de que, lejos de lo que estaban publicando medios de tirada nacional, la organización captadora tenía uno de sus tentáculos en la propia ciudad.
Los cabecillas actuaban desde Castillejos mientras que los enlaces que operaban en Ceuta, como es el caso de la detenida, seguían las directrices. Tenían los grupos de mensajes por teléfono, quedaban con las chicas que iban a ser susceptibles de ser captadas y se producían viajes continuados de estas chicas a Castillejos. Es allí donde se concretaba la parte más importante de todo este proceso: la marcha en avión a Turquía.
De hecho, la célula se dirigía desde Castillejos, donde las fuerzas de seguridad marroquíes localizaron ayer un piso que estaba sirviendo para preparar la partida de las mujeres reclutadas. La célula determinaba si las voluntarias servirían para perpetrar atentados suicidas o para emparejarse con militantes del Estado Islámico.
En Facebook se producían también las captaciones. La Policía ha rastreado múltiples perfiles, buena parte de ellos con pseudónimos. Las jóvenes se iban radicalizando poco a poco.
La Policía confirma que esta organización pudo haber ayudado a la marcha de 12 mujeres a zona de combate. ¿Hay más chicas que fueron ‘tocadas’ pero no han dado el paso de marchar?, ¿hay más captadoras? Las fuerzas de seguridad saben que sí. De hecho los informes elaborados por los servicios de información no solo de CNP sino también de Guardia Civil apuntan a más captadoras, más mujeres que están detrás. Pero no basta solo con tener sospechas, hay que fundamentar las investigaciones para conseguir las órdenes judiciales y proceder a las detenciones.
Se sabe también que el grupo de chicas que participaba en estos grupos de radicalización es mucho más amplio. Algunas como Lubna se marcharon. Otras arrastraron incluso a su hijo de corta edad con ellas . Pero también las hay que no se habían decidido a dar este paso definitivo.
La detención, el traslado y... a Madrid
La joven fue sacada de su domicilio pasadas las 9.00 horas, tal y como aparece en la fotografía superior difundida por Interior ya que un control externo policial impedía aproximarse a la vivienda. En las demás fotografías, tomadas por Quino, se refleja el traslado de Chaima en los vehículos policiales camuflados y, al final, a su llegada al helipuerto para ser introducida en el helicóptero de la Policía y ser trasladada directamente a Madrid.