Las cuatro salas para velar a los difuntos del Tanatorio son insuficientes de acuerdo con la población de la ciudad. Ésta es la conclusión de una familia que tuvo que esperar horas para velar a un difunto porque, el día del fallecimiento, las distintas estancias se encontraban ocupadas.
Los parientes lamentaron que tuvieron que llorar a su ser querido en casa mientras que el difunto se encontraba en el depósito del Hospital Universitario hasta que una de las salas del Tanatorio quedó desocupada. Además, aseguraron, “ocurre más de lo que pensamos pero nadie lo denuncia”. La familia afectada apuesta por habilitar un nuevo espacio donde poder acompañar al cuerpo en las últimas horas antes del entierro, “como ocurría en el Hospital Militar cuando el Tanatorio estaba completo”.
Fuentes consultadas por este periódico sostienen que las dimensiones son las adecuadas y que es algo circunstancial.