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La misión en Mali ha dejado en nuestros soldados no solamente una experiencia profesional sino también personal que será difícil de olvidar. A pesar de las altas temperaturas en el país centroafricano, nuestros soldados destacan la hospitalidad del pueblo maliense
Para muchos de los soldados de Regulares que han pasado los últimos seis meses en Mali ha sido su primera experiencia en misiones en el exterior. Además de incorporar a su bagaje profesional este viaje, se han llevado una experiencia personal difícil de olvidar. Algunos de los soldados que ayer regresaron al puerto de Ceuta explicaron a El Faro cómo han sido estos seis meses de trabajo en Mali. Duros, no solamente por el trabajo a desarrollar sino también por estar lejos de la familia. Una distancia que se ha logrado salvar gracias a las nuevas tecnologías, pero que no suplen el calor de los abrazos y los besos que ayer recibieron.
“Es un país muy agradecido. El soldado español se ha adaptado muy bien al país y ha sido muy bien aceptado por el pueblo maliense. La misión ha sido muy bonita”, explicó uno de nuestros soldados recién desembarcado. Otro indicó que las misiones no han sido fáciles: “Mucho cansancio, pero al final reconfortado después de seis meses. Ha sido duro, las temperaturas, pero venimos muy contentos de cómo hemos trabajado. Con los países que hemos estado trabajando hemos recibido felicitaciones de todos. Muy contentos”.