La situación vivida el domingo no es nueva para la AD Ceuta. Derrota inesperada en un campo pequeño, frente a un rival tremendamente inferior en todo, y ocasión perdida para afianzarse en la zona privilegiada de la clasificación.
Lo cierto es que la estancia de los blancos en los puestos de play-off es bastante fugaz, ya que no se mantiene por muchas jornadas dentro de los cuatro primeros puestos. Echando un vistazo a las estadísticas, podemos ver que los locales han aparecido por las posiciones de privilegio en 12 de las 29 jornadas que se llevan disputadas.
El cuadro ceutí entró por primera vez en el ‘top 4’ después de derrotar por 1-2 al ‘Poli’ Ejido en el estadio ‘Santo Domingo’ el pasado 3 de octubre (7ª jornada). La Asociación había tardado 384 días en regresar a los puestos de honor (se colocó 3º), manteniéndose arriba en los 5 siguientes compromisos ligueros.
Goleada en Estepona
La dolorosa derrota en Estepona por 4-2, en la jornada 12+1, bajaba al Ceuta del tercer al sexto escalón de la tabla. De aquí al final de la primera vuelta, el equipo entrenado en aquel entonces por Carlos Orúe, no perdió de vista a sus adversarios y tuvo varias ocasiones para meterse en la pomada, pero acabó el año fuera de su primer objetivo.
La visita del Atlético Ciudad al ‘Murube’ en el arranque de la segunda parte de la Liga (resuelto por 2-1), permitía retornar al tren delantero. Las victorias ante Sangonera Atlético (1-2), Jerez Industrial (6-0) y las tablas en Marbella (1-1) parecía asentar de forma definitiva al Ceuta en un Grupo IV donde la igualdad seguía predominando.
El 0-1 contra el Betis B, resultado que fue el detonante para la destitución del técnico jerezano, ponía en peligro el proyecto deportivo. Era la jornada 24 y el club decidía contratar a José Diego Pastelero con dos derrotas frente a Granada (2-1) y ‘Poli’ Ejido (0-3) que mantenía al Ceuta en la 5ª posición. El primer triunfo en la ‘era Pastelero’ dio un giro a la situación. El gol de Javi Navarro en el ‘Antonio Peroles’ marcaba un antes y un después. Se recuperaba la ilusión, como se ratificó en la goleada firmada con el Murcia B (4-0). A pesar de ello, el grupo perseguidor no cedía y cualquier fallo podía ser determinante, como ocurrió de nuevo el domingo.