Con la cubierta del cine África totalmente retirada, concretamente el fibrocemento en el que está embutido el amianto, y a falta únicamente de retirar la infraestructura metálica, ya se han acometido los controles medioambientales de cara a comprobar que no existen restos de partículas tóxicas en la zona. La empresa de prevención de riesgos laborales Asem se ha encargado de efectuar las mediciones encaminadas a comprobar la ausencia de sustancias tóxicas. La primera de las mediciones se realizaba la tarde del pasado jueves en la propia cubierta del inmueble, mientras que ayer viernes se procedió a cuantificar la posible presencia de toxicidad en el ambiente.
El resultado de las mediciones medioambientales se comunicará a la Ciudad la próxima semana. De dar positivo, volvería a realizarse una segunda emisión, además de poner en marcha un dispositivo encaminado a erradicar la toxicidad. En caso contrario, de comprobarse que no existe contaminación en el ambiente, la pauta a seguir será totalmente diferente, la empresa adjudicataria del proyecto de demolición podrá continuar con el derribo del edificio. De momento, esta posibilidad está vetada hasta no conocerse la conclusión de las mediciones, por lo que los trabajos continúan en la zona exterior.
La retirada de las escaleras de acceso al antiguo cine África es el próximo paso dentro del proyecto, aunque no se demolerán, dado su calidad, “son de granito y se vana conservar para utilizarlas en algún sitio en el que sea necesario”, explican desde la entidad municipal de Emvicesa. No ocurrirá lo mismo con la escalinata interior de mármol a través de la que se accedía a la segunda planta del cine, ya que ha desaparecido, al parecer al haber sido objeto del pillaje.
Aunque la retirada de los escalones se ejecutará con maquinaria disponible en nuestra ciudad, en el caso de los muros del inmueble es necesaria una maquinaria específica de gran tonelaje que procederá de la península y que llegará a nuestra ciudad la próxima semana.
Derribo
El derribo del edificio continuará por la fachada principal y seguidamente se irán derribando el resto de los muros. Aunque la demolición está pendiente de las conclusiones de la medición ambiental, desde Emvicesa apuntan a que “parece que no hay riesgo de contaminación, según han explicado desde la empresa porque la retirada del material tóxico se ha llevado a cabo en una zona abierta”.