No hay, claro, puertas, que no podrían abrir ni cerrar, ni televisión. En las paredes, una banderita de España, un par de cuadros de La Meca y varios dibujos infantiles. Para acceder al otro no queda más remedio que brincar sobre el sofá de obra en el que se apiñan su esposa y sus tres hijas como hace Semlali para mostrar la tarjeta que pomposamente le reconoce ante Emvicesa como integrante de los listados de solicitantes de una vivienda de protección oficial.
Aunque el carné no tiene, ni mucho menos, tanta antigüedad, el cabeza de familia del número 226F del Príncipe Alfonso, de origen marroquí, casado con española, permiso de residencia y todos los papeles en regla, lleva casi una década esperando una llamada de la Empresa Municipal de la Vivienda que no llega.
Hace ocho años, asegura, que la aguarda sin éxito. Algo más de la mitad, cinco, sin empleo. Bajo la incesante lluvia que bañó ayer su barriada y el resto de la ciudad, justo después de que más de media docena de patrullas de la Policía Local y la Nacional abandonasen la barriada, desea ser más viejo.
“Si tuviera 45 años tendría acceso a algún subsidio del INEM pero con 44 no”, asegura un tanto avergonzado a la visita mientras su esposa, Habiba, un año mayor, no dice ni pío, y sus niñas, Yasmina, doce años; Hanan, discapacitada intelectual, ocho; y Aya, 18 meses, contemplan a los extraños.
Los cinco comparten una casa, ejem, de aproximadamente 20 metros cuadrados que ejemplifica como pocas el retrato que la Universidad Politécnica de Madrid ha trazado de una barriada en la que casi una de cada diez casas no tiene servicio. Técnicamente, se dice así: “Los indicadores residenciales también indican una importante vulnerabilidad en las viviendas del barrio del Príncipe; destaca la muy reducida superficie media por habitante (12,11 metros cuadrados), así como los altos porcentajes de viviendas de menos de 30 metros cuadrados (8,39%), sin servicio o aseo (7,93%) y en mal estado (7,15%)”, resume el informe publicado la semana pasada sobre “un patrimonio residencial relativamente joven dentro del conjunto de Ceuta, con un porcentaje de viviendas anteriores a 1951 (15,90%) muy inferior al valor local)”.
En román paladino se dice así: “Esto es una celda para un preso repartida entre cinco”. Son palabras del presidente de la joven Asociación por una Vivienda Digna de Ceuta, Benaixa Abdeselam, que engrasa la conversación y anima a Semlali a no rendirse y a contar. Y Omar cuenta y dice que en los Servicios Sociales del Príncipe, cuando ha ido, “el pasado viernes por última vez”, a pedir comida, le han dicho que “no hay”. ¿Nada más? “Que no hay”, insiste.
“Es inaceptable, y es por lo que luchamos”, resume a la familia y al periodista a modo de epílogo, “que en Loma Colmenar [donde él mismo ha sido adjudicatario de una especie de loft sin habitaciones pese a tener esposa y dos hijas] haya personas beneficiarias de viviendas protegidas con sonoros apellidos y trabajo o con grandes casas que no constan en ningún registro”.
“Si la ministra tiene razón y no habrá más dinero para más promociones, la que se construye junto al Hospital será la última oportunidad para dignificar la vida de quienes más lo necesitan y no vamos a dejar que se pierda otra vez”, asegura .
Bases de adjudicación
Emvicesa creó hace algo más de un año un Registro de Demandantes de Vivienda en el que figuran más de 2.000 familias y que se utilizó por primera vez para el reparto de las 170 viviendas anejas al Hospital Universitario que se ocuparon a finales del año pasado. La Empresa Municipal se comprometió entonces a actualizarlo antes de la puesta en marcha de cada nuevo procedimiento de adjudicación de casas protegidas para constatar que sus integrantes siguen cumpliendo los requisitos establecidos. Para tener un carné como el de Omar Semlali es necesario acreditar ante la Administración los ingresos mensuales de la unidad familiar, así como sus miembros, entre otros datos. El Registro recoge, así, un censo preliminar de ciudadanos con derecho a optar a las viviendas, aunque estar en él no concede ningún privilegio. En último término es la Comisión Local de la Vivienda la que establece los criterios finales de reparto de una promoción de acuerdo con el Reglamento Regulador de las Actuaciones Protegidas en Materia de Vivienda y Suelo en la Ciudad de Ceuta, que ya reserva un cupo para discapacitados y otro para menores de 35 años. Además, se acostumbra a considerar los realojos recientes y las permutas acumuladas en el debe de la Administración local.