Una cárcel para Ceuta al otro lado del Estrecho

• Botafuegos cuenta con unos 300 internos de Ceuta

Lo dicen los números. Ceuta tiene una prisión a su disposición al otro lado del Estrecho. A escasa distancia del puerto de Algeciras, que enlaza con la ciudad autónoma, se levanta Botafuegos, un centro penitenciario inaugurado en el año 2000 por el entonces ministro de Interior del Gobierno de José María Aznar, Jaime Mayor Oreja.

Una prisión que alberga a más presos nacidos en Ceuta que la propia cárcel de Los Rosales.

En Botafuegos, a fecha 2 de diciembre de 2010, el número de internos nacidos en la ciudad autónoma era de 231, aunque éste, en ocasiones, se acerca a los 300. Esta cifra no recoge a las personas no nacidas en Ceuta pero que tienen su residencia en la ciudad autónoma, aunque es bastante orientativa. Al otro lado del  ‘charco’, en Los Rosales, el número de ceutíes o personas con arraigo en esta ciudad ronda los 180.

Además, hasta el 26 de noviembre, Los Rosales ha enviado en este año 592 internos de tránsito, es decir, personas detenidas en Ceuta pero que no son de esta ciudad y al ser clasificadas pasan por Botafuegos para enlazar con una de las líneas regulares de internos hasta llegar a su destino final.

Pero Botafuegos también traslada a Los Rosales a algunos internos, aunque pocos. Éstos son los clasificados en tercer grado (artículos 82 y 83) que tienen una fuerte vinculación con la ciudad autónoma o que puedan desempeñar un trabajo en la misma. En Los Rosales, permanecen a una sección abierta.

Algunos de los ceutíes son trasladados a Ceuta cuando alcanzan el tercer grado y otros logran la libertad en Botafuegos. No obstante, la prisión algecireña ha intentado siempre que sus internos ceutíes puedan viajar a Ceuta por motivos personales, como el fallecimiento de un familiar directo. Al pasar unos días, vuelven a Algeciras.

Para poder mantener el equilibrio de ambas prisiones, especialmente de la ceutí, se establecieron las conducciones. Cada día, al establecimiento penitenciario de Botafuegos llegan cuatro internos de conducción procedentes de Los Rosales.

Esta gran presencia de ceutíes en Botafuegos podría disminuir notablemente con la apertura, a finales de 2012, del nuevo Centro Penitenciario de Ceuta. Un acontecimiento que mejorará la calidad de vida tanto de internos como de sus familiares, ya que la comunicación de éstos será más fácil al no tener que cruzar el Estrecho.

Es una de las primeras cosas que manifiesta el director de Botafuegos, Francisco Márquez, en una entrevista con este medio: “La prisión nueva va a ser mejor para todos: para los internos y sus propios familiares, que les supone una sobrecarga tener que desplazarse los fines de semana para las comunicaciones”, manifiesta. En esta línea, Márquez adelanta que los internos que sean de la ciudad autónoma, “cumplirán su condena en Ceuta”.

El delito más común de los presos ceutíes es contra la salud pública -tráfico de drogas-, aunque también han pasado por Botafuegos internos que fueron detenidos en las oleadas de tiroteos sucedidos en la ciudad autónoma. El último que salió de Botafuegos lo hizo el pasado jueves, con dirección al Puerto III. Se trata de internos a los que en Ceuta, por motivos de seguridad, se les aplica el artículo 75.1 para separarlo del resto y evitar así peleas entre clanes familiares. Como esta situación no se puede alargar en el tiempo, se propone su traslado a otra prisión, en la mayoría de las ocasiones a Botafuegos, Huelva o Puerto III. En este caso actúa el denominado ‘programa de incompatibilidades’, que puede venir establecido por elementos exteriores -aviso de la Policía u otro centro penitenciario- o interiores         -que lo detecte el propio centro que alberga al interno-. Gracias a éste, los internos ‘incompatibles’ nunca coincidirán en las mismas dependencias. Hasta ahora -asegura Márquez- en Botafuegos no se ha generado problema alguno en este sentido.

En los últimos meses han llegado a Botafuegos presos de Ceuta relacionados con los tiroteos quienes, además de no estar nunca en contacto con reclusos que pertenecen a otros grupos, suelen perder el rol que sí tenían en la ciudad autónoma, por lo que no suele dar problema alguno al penal receptor.

Un tipo de preso que se adapta con mucha facilidad

El interno ceutí que llega a Botafuegos se adapta fácilmente a su nuevo ambiente y comienza a hacer vida como el resto de presos y participa en actividades.

No obstante, el alguna ocasión algunos han llegado ‘empetados’ de Ceuta -algunos que vienen detenidos por la Guardia Civil, otros que llegan de otra prisión y allí no se les ha podido detectar- para ‘financiar’ su estancia en la península.  En una ocasión, Botafuegos sorprendió a un preso que llegaba de estar de permiso en Ceuta con 20 bolas e hachís para venderlas.

Un centro parecido al proyectado para la ciudad autónoma

Ceuta contará a finales de 2012, según las previsiones del Gobierno de la Nación, con un centro penitenciario parecido al de Botafuegos, si bien algo más pequeño. Y es que Algeciras debe albergar a las presos de una franja mucho mayor que la de Ceuta que va desde el Campo de Gibraltar hasta la zona cercana a Málaga.

El Centro Penitenciario de Ceuta contará con doce minicentros residenciales, Botafuegos con 15 módulos.

Además, la prisión algecireña cuenta con un Centro de Inserción Social (CIS) a su espalda, al igual que pasará en Ceuta.

Botafuegos, al igual que pasará con la futura penitenciaría ceutí cuenta, entre otros departamentos, con un edificio sociocultural, un pequeño hospital, mercadería,talleres productivos y módulos. Ambas prisiones se diferenciarán en la torre de control, ya que Botafuegos cuenta con una y la ceutí no, algo que será sustituido por mecanismos tecnológicos.

Comunicación ordinaria o ‘por cristales’...

La planta baja del edificio de las comunicaciones es donde se celebran las ordinarias o ‘por cristales’. Como máximo pueden entrar cuatro familiares y se celebran sábados y domingo por la mañana y por la tarde con una duración de 40 minutos. La sala cuenta con 42 cabinas y los familiares tienen un número para solicitar estas comunicaciones con sus familiares reclusos.

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a planta baja del edificio de las comunicaciones es donde se celebran las ordinarias o ‘por cristales’. Como máximo pueden entrar cuatro familiares y se celebran sábados y domingo por la mañana y por la tarde con una duración de 40 minutos. La sala cuenta con 42 cabinas y los familiares tienen un número para solicitar estas comunicaciones con sus familiares reclusos.

Todos los presos que llegan de otro centro pasan por el edificio de ingresos

Todos los internos que llegan o salen de Botafuegos pasan por el edificio de ingresos. Allí, ‘El Faro’ pudo conversar con los cuatro que llegaron con clasificación y destino el pasado jueves procedentes de Ceuta. Uno de ellos destacó las “grandes diferencias” que existen entre los penales de uno y otro lado del Estrecho, lamentando que Los Rosales “es tercermundista” porque -dijo- hay seis duchas. “Ya estuve en Botafuegos, es mucho mejor en cuanto a instalaciones”, manifestó. En este departamento trabajan con el Sistema de Identificación Automática (SIA) para conocer la identidad de todos los internos que pasan por él.