Una avalancha deja 16 porteadoras heridas en la frontera

Convulsa reanudación del comercio atípico después de 15 días de inactividad por la Pascua del Sacrificio. Nadie presagiaba que la normalidad que predominaba ayer por la mañana en la cola de mujeres a su paso por la Puerta Norte iba a romperse en plena frontera del Tarajal.

Una avalancha de más de 300 personas, según testigos presenciales, arremetió sobre las 10:00 horas contra la entrada para peatones cuando se dirigían hacia las naves. La estampida acabó con 16 porteadoras heridas, comunicó Cruz Roja, que las trasladó al Hospital Universitario.
Hasta el lugar, la institución humanitaria, a requerimiento del Servicio de Urgencias del 061, envió una ambulancia de soporte vital básico y dos vehículos de transporte colectivo, trasladando hasta el centro sanitario de Loma Colmenar a un total de 16 personas: 15 por policontusiones y una por herida inciso-contusa. Según pudo comprobar este periódico, algunas subieron a los minibuses por su propio pie. Solo la lesionada con un objeto cortante revestía mayor gravedad. No obstante, el grupo fue dado de alta hacia primera hora de la tarde, señaló el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa).
La Delegación del Gobierno, por su parte, informó de que tres guardias civiles también resultaron heridos por contusiones y heridas leves, pero fueron atendidos sobre el terreno por los sanitarios desplazados. El Instituto Armado es la Fuerza de Seguridad del Estado que custodia este acceso junto a los auxiliares de la empresa de seguridad Seguriber.
Hasta el momento en el que estalló la avalancha, las porteadores discurrían con normalidad por el nuevo itinerario trazado –coincidiendo con el inicio del curso académico– que evita la concentración de camalos a las puertas del CEIP ‘Príncipe Felipe’. El orden que guardaba era tan riguroso que, apuntaron personas que frecuentan el Tarajal, ya había quien dio dos vueltas al Biutz a las 10:00 horas.
Por causas que se desconocen, la fila de a uno que accedía a las naves aumentó a una de cuatro personas y, de ahí a desbordarse en la rotonda del Tarajal y las jaulas de la frontera, solo había un paso. Testigos presenciales describieron una caos absoluto, con mujeres arrastradas por el suelo, aplastadas unas por otras en su pugna por entrar de inmediato en los polígonos para cruzar otro bulto y atrapadas en las ‘jaulas’ para peatones.
Según conoció este periódico, la presunta descoordinación en el dispositivo de Policía Nacional, la Benemérita y auxiliares de seguridad puede estar detrás de este alzamiento de las porteadores que, al detectar una fisura en el control, decidieron emprender la carrera y atravesar la barrera. La rotación cada 15 días de los grupos de la Unidad de Intervención Policial del Cuerpo Nacional (UIP) destinados en los polígonos, sin un protocolo que unifique la actuación en todos los relevos, pudo jugar en contra de la seguridad. Ayer, relataron las mismas fuentes, la Guardia Civil tuvo que cerrar la Puerta Norte casi toda la mañana porque las porteadoras entraban sin control y no había suficientes policías nacionales al otro lado de la puerta corredera, ya dentro de los polígonos.
El déficit de efectivos de la UIP desplegados en el recinto, de acuerdo con los datos que pudo recopilar este periódico, pudo perjudicar el mantenimiento del orden en el recinto. A diferencia de otros grupos, que contaban con más de 40 agentes, en esta ocasión, solo fueron 31 y los más próximos a la Puerta Norte se situaban antes de la curva que conecta con la Fase I.

Dos estampidas de hombres sacuden la normalidad en la circulación de bultos 

Sobre las 9:00 horas, los hombre a la carrera en la calle del muro –último tramo antes de enlaza con el puente del Biutz– evidenciaban que se producía una avalancha. Los agentes de la UIP del Cuerpo Nacional de Policía contuvieron a la masa que, exaltada, solo buscaba encontrar un hueco en la cola o cargar uno de los bultos que salen de las consignas situadas en esa línea de naves. Tras unos minutos de tensión, en los que los auxiliares de seguridad trabajaron codo con codo con los policías nacionales, los porteadores mantenían una formación más homogénea. Poco después, la situación se repetiría en la cola de hombres. Fue una mañana agitada en los polígonos y dos auxiliares de la empresa contratada por los comerciantes sufrieron agresiones. Uno de ellos en el propio puente del Biutz al impedir la mezcla de la fila de hombres y mujeres. Un segundo empleado de Seguriber recibió un puñetazo mientras cumplía con su servicio en el fragor de la ordenación del tránsito.   

La Fase I exige la limpieza del barro que se acumula desde las lluvias de septiembre

Los empresarios y comerciantes de los polígonos del Tarajal se quejaron ayer de la suciedad que acumula el recinto pese a que la actividad disminuyó durante 15 días debido al cierre del puente del Biutz por la Pascua del Sacrificio. La Fase I, que se anegó en la tromba de agua que cayó a finales de septiembre, aún presenta restos de aquella inundación, mostraron los regentes de los establecimientos asentados en este recinto comercial. Sobre todo, barro que se acumula junto al Tarajal II –paso de mercancías que sustituirá al puente del Biutz– y el borde por el que caminan las porteadoras en su camino hacia el único paso de bultos autorizado fuera del régimen de viajeros. Los empresarios denunciaron de forma pública que desembolsan “cantidades muy altas” por la tasa de basura y, por tanto, esperan recibir el mismo servicio que los negocios establecidos en otros puntos de la ciudad. “La Ciudad podía haber aprovechado para solicitar que Obimace baldeara esta zona”, protestaron. Por otra parte, los negocios establecidos en la Fase I criticaron que se impida el acceso de clientes a sus naves a causa del dispositivo de seguridad. “Al menos, mientras estuvo cerrado el Biutz, los compradores pudieron llegar hasta nosotros para adquirir alimentación, incluso, en sus coches”, explicaron. 

La entrada de bultos por el Biutz fue fluida, pero coches y bicicletas tuvieron problemas

A pesar de las avalanchas y estampidas de porteadores, el puente del Biutz absorbió con facilidad, desde las 8:30 horas, la totalidad de los bultos preparados. Sin embargo, las bicicletas estuvieron vetadas en la frontera del Tarajal puesto que, de acuerdo con las directrices acordadas con la Delegación del Gobierno, una de las trabas al traslado de mercancías a Marruecos sobre dos ruedas estaría bloqueado en función del volumen de la carga. Del mismo modo, la Guardia Civil multó a aquellos vehículos cargados de mercancía que obstaculicen la visibilidad del conductor. Por este motivo, podían contarse por decenas en los alrededores de la frontera.

La Policía Local multó a los vehículos que obstruían un carril de circulación como es el acceso a la barriada Príncipe Felipe

La Policía Local, dentro del operativo para ordenar el tráfico en el entorno del Tarajal, multó ayer a los conductores de los vehículos que se encontraban mal estacionados tanto en el carril que conecta la carretera nacional con Príncipe Felipe como en el tramo donde se encuentra el centro de salud. Según informó este Cuerpo, las sanciones impuestas ascendían a 90 euros que, en el caso de desembolsarse dentro de los plazos estipulados por la administración autonómica, se reducen en un 50 por ciento. Los agentes comenzaron la inspección delante del ambulatorio, carril que acabó despejado antes del horario de salida del colegio y, por tanto, hora punta en el tráfico de vehículos, tanto turismos como los autobuses de las líneas que realizan esa parada. En ocasiones, es el propio chófer quien requiere la presencia de los agentes para descongestionar la calle. A continuación, multaron a los coches marroquíes estacionados en el carril de circulación e impedir el tránsito rodado. Al tratarse de vehículos internacionales, la Policía Local instó a desembolsar el importe de la multa –50 por ciento– porque, de lo contrario, la grúa de Amgevicesa procedería a trasladar el coche a las dependencias municipales.    

El coordinador de servicios del Tarajal proyecta una valla en la calle del ‘muro’ para evitar que cuelen paquetes en la fila de hombres 

A la calle del ‘muro’ colindante con el puente del Biutz, los porteadores acceden con mercancías o sin ellas y, estos últimos, cargan en las consignas que se encuentran en esta línea de naves. El trasiego de paquetes en esa calle es tal que, además de despertar las quejas de otros puntos de los polígonos por la competencia, hay quienes intentan colar paquetes en la fila. Para combatir esta práctica que surge de la picaresca por atravesar el mayor número de veces posible el Biutz por el rédito económico que arroja, Arturo Santorum, coordinador de los polígonos del Tarajal, diseña un sistema por el cual una valla de varios metros de altura –similar a la del acceso al puente– bloqueará a aquellas personas que busquen saltarse su turno en la cola. Esta usurpación del puesto provoca fuertes enfrentamientos entre los porteadores y requiere de la intervención de la Policía Naciona

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