El temporal de viento que azotó Ceuta el día de Navidad arrojó a su paso cientos de incidencias: palmeras caídas sobre vehículos, cabinas telefónicas arrancadas de su base, destrozos en la carpa del Parque Urbano Juan Carlos I... También se cebó con la torre de telecomunicaciones de Movistar que apunta al cielo desde el mismo Paseo del Revellín, zarandeada por las rachas de viento que a lo largo de ese día llegaron a alcanzar máximos de hasta 87 kilómetros por hora.
Este último contratiempo, sólo uno del centenar largo que atendieron durante aquella jornada festiva los servicios de Emergencias, fue uno de los más espectaculares. Tanto, que desde hace días circula por las redes sociales un vídeo grabado por un vecino de un edificio cercano, alojado en YouTube, que bajo el título Ciclogénesis explosiva en Ceuta resume a lo largo de 11 minutos la actuación protagonizada aquella tarde por los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS).
Luis Manuel Díaz, uno de los nueve agentes que subieron a la azotea del edificio aquel desapacible día recordaba ayer la dificultad de una operación “muy complicada, que requirió mucho esfuerzo” por la acumulación de factores. El primero de ellos, la fuerza del viento, más agresivo aún en altura, que dificultaba la misión de los Bomberos: tensar dos de los vientos que sujetaban la torre a la azotea y que, aflojados por el temporal, hacían peligrar la estabilidad de la estructura. La lluvia –50 litros por metro cuadrado aquella jornada– y la falta de luz, que obligó a alumbrarse con linternas, empeoraba aún más el trabajo.
“Tuvimos que subir hasta la torre y allí utilizamos los tráctels, una herramienta que lleva un rollo de acero más grueso. Con ellos sustituimos los vientos que se habían aflojado y, una vez tensados, los restantes volvieron a su sitio, afianzando de nuevo la estructura”, describe el agente. En su reconstrucción, añade como gran obstáculo “el peso del tráctel, muchísimo, que además hubo que transportarlo hasta un lugar bastante incómodo, peleando además contra el viento y la lluvia y subiendo a oscuras”. Unos metros más abajo, la Policía Local había cortado la calle ante el riesgo de desprendimientos o de que la torre hubiera terminando cediendo. “Es verdad que había otros vientos, pero los afectados estaban muy destensados. Si el viento hubiese ido a más habría sido peligroso”, asegura.
Un mes después, aquella enrevesada intervención que se prolongó durante una larga hora suma ahora visitas en las principales redes sociales.