La noche era interminable. No podía pegar ojo. Todo lo achacaba a los nervios. Y es que la jornada había sido muy estresante. La sensación de que algo iba mal no era puramente una anécdota. Todo lo que había ido a hacer al centro había acabado mal. Fui a pagar el agua y me dieron el 99, tan sólo habían pasado a pagar 3 personas. Se les había caído el sistema. Tres cuarto de lo mismo en la empresa de la luz.
En el médico habían muchos esperando. Compré un número de la lotería de la Cruz roja y por el último no me había tocado 750 euros. En casa, la parienta le dio por mí. Yo creía que me había mirado un ‘bizco’. Me fui a dar una vuelta y me tuve que volver porque empezó a llover. Después de comer quise dormir un poco pero me llamaron por teléfono varias compañías para que me cambiara con ellas. En fin que estaba con un ‘gafe’ de primera. Y fue cuando en las noticias escuché que el signo zodiacal mío tenía un día perfecto.
Me puse a reflexionar y la sonrisa llegó hasta mí. Es bueno darse un poco de autoayuda. Lo único que me hacía falta es que me dijeran guapo. Y mira por dónde al bajar por las escaleras mi vecina, que tiene unos pocos de años, me dijo que cada día estaba más hermoso. No sabía dónde meterme. Un buen amigo me contó que estamos en este mundo para sufrir. Yo le conté el día que llevaba y me dio por respuesta una gran sonrisa en su boca y unas palabras a tener en cuenta. “Es la vida un jardín lleno de flores de todos los tipos. Nosotros siempre buscamos las más bellas, las que huelen mejor. Sin embargo existen muchas. Las que se emplean para separar lindes, las que buscamos para tenerlas en casa para cubrir un rincón. Las que regalamos a nuestras novietas. En fin, en la casa del Señor hay de todo. Pues a ti te ha tocado la más gorda. La de reflexionar que todos los días no pueden ser buenos. Luego, cuando tengas el privilegio de dar un paseo y ver y conversar con gente conocida dar gracias a Dios que puedes entablar esa relación por ser una persona sociable. Ya vendrán los días malos”.
Tras estas palabras, la verdad que salí con una sonrisa en mi rostro ya que la lección había sido muy bonita y con pocas palabras. Hoy va a amanecer muy pronto y debo de prepararme para ver qué es lo que me depara este nuevo días que puedo ver con mis ojos. Debo de recibirlo con los brazos abiertos y dando gracias al Altísimo por dejarme vivirlo. Y ya es mucho decir viendo todos los males que circulan por nuestro mundo.