Durante los actos en honor a un legionario que falleció de servicio en un accidente en 1999 se vivieron imágenes emotivas
El chirimiri que caía al filo de las 12:45 horas más bien parecía lágrimas que caían desde el cielo. Porque emoción, trece años más tarde de la muerte del sargento 1º José Carlos Sánchez Pérez, hubo mucha: de los compañeros, de los amigos y sobre todo de la familia, todos reunidos en el campo exterior de Ceuta, más concretamente en el Camino de la Granja Porcina, una zona próxima a la Torre de Aranguren, con motivo de la inauguración de un monolito en memoria del militar legionario, fallecido justamente en este enclave ceutí por causa de un fatal accidente.
Presidido por el coronel jefe del Tercio ‘Duque de Alba’, Antonio Juan Alemán Artiles, el acto se desarrolló siguiendo los siguientes términos: lectura de los hechos, inauguración del monolito, toque de oración y canción del legionario –emocionante como siempre–, siendo la fuerza en formación una sección de honores y la banda de guerra, ambas del 2º Tercio de la Legión.
Por momentos, parecía que las miradas de los presentes –algunas hacia el cielo, otras perdidas en el horizonte y el resto firmes, como cómplices, incrustadas en el cielo–, sólo contemplaban imágenes que jamás vieron pero que a fuerza de dolor se habían erigido en veraces: la estampa del accidente, acaecido el día 21 de enero de 1999, cuando el mencionado suboficial mientras se encontraba realizando un ejercicio táctico con el resto de la Vª Bandera mecanizada a el campo exterior, sufrió un accidente que resultó ser fatal con el vehículo BMR en el que se desplazaba, al caer éste lateralmente por un terraplén.
De inmediato, fue trasladado al Hospital Militar de Ceuta donde falleció como consecuencia de las graves heridas sufridas en el accidente.
“Se va a proceder a inaugurar este monolito en el lugar donde sucedieron los hechos”, decía una voz que, al momento fue silenciándose hasta ser sustituída por la de Alemán Artiles: “Fieles a nuestra tradición legionaria de honrar la memoria de quienes dieron su vida por España sirviendo en las filas de la gloriosa Legión, nos reunimos hoy aquí, en este bello paraje de nuestra tierra ceutí y a pocos metros de donde hace unos años en acto de servicio nuestro compañero el sargento 1º José Carlos Sánchez Pérez murió, en este acto sencillo y entrañable inauguramos un monolito que junto a nuestra memoria permanente, porque nunca lo hemos olvidado, recuerde, no sólo a nosotros sino a las generaciones venideras, el acto de entrega y sacrificio supremo llevado a cabo por nuestro compañero y camarada de arma en el cumplimiento de su deber, preparándose permanentemente para el combate”.
Llegado este punto, el coronel jefe hizo una pausa, eterna y profunda por los sollozos del padre del militar fallecido, Veterano Legionario de Honor, que rompió siguiendo con la alocución: “Tenemos el privilegio los que estamos presentes y aquellos que en zona de operaciones también lo recuerdan de cristalizar las iniciativas anteriormente emprendidas por mis predecesores para materializar de manera perenne la memoria del compañero José Carlos. Os exhorto a que su recuerdo nos sirva siempre de estímulo y ejemplo permanente para que podamos dar lo mejor de nosotros mismos, como así lo hizo él, en beneficio de los intereses de España en nuestro humilde servicio de soldado”.
Ahora, María del Mar López, viuda del sargento 1º, y el padre, Francisco Sánchez, avanzaban hasta situarse ante el monolito, cuya placa aún estaba sin destapar. Cuando lo hicieron, se pudo leer lo que en ella rezaba: ‘De La Legión a la memoria del sargento primero don José Carlos Sánchez Pérez, fallecido en acto de servicio el día 21 de enero de 1999. Tu familia legionaria no te olvida. Ceuta 18 de abril de 2012’.
A continuación, el Páter Juan José pronunciaba unas palabras en recuerdo de José Carlos: “Señor, Dios y Padre de los Hombres que con la muerte y resurrección de tu hijo te has solidarizado con la historia dolorosa de los hombres y llamas a ser hijos tuyos y hermanos de Cristo a cuantos saben cumplir con su deber, acepta nuestra plegaria y bendice el monolito erigido en recuerdo de José Carlos”.
Una vez que el Páter finalizó el responso, los legionarios, quienes organizaron como acto interno la inauguración del monolito, razón por la cual no asistió el comandante general de Ceuta Ramón Martín–Ambrosio Merino, aunque a buen seguro sintió muy de cerca el homenaje, entonaron, a cada cual más emotivo, dos emblemáticos cánticos, ‘Legionarios a luchar’ y ‘Novio de la muerte’, mientras que el coronel jefe decía dos de los diez espíritus del credo legionario, mandamiento que seguro desde el cielo seguía el cabo 1º José Carlos Sánchez Pérez.
Francisco Sánchez (Padre) “A pesar de no tenerlo en vida, hoy estoy contento”
“Aunque pueda parecer una contradicción y más pronunciado con las lágrimas que estoy derramando, lo cierto es que hoy me siento contentísimo a pesar de que no lo tenga en vida. Es verdad que regresar aquí, donde falleció mi hijo, me hace que las piernas me tiemblen pero el orgullo que siento por él me hace superar cualquier dolor y obstáculo”.
Mª del Mar López (Viuda)
“El monolito es un orgullo para los que le queremos”
“El día de hoy –por ayer– es muy emotivo y supone un honor que, para ser sincera, no me lo esperaba después de tanto tiempo del fallecimiento Carlos aunque también es verdad que siempre he sentido el cariño y el reconocimiento de la familia legionaria hacia su persona. Desde luego estoy agradecida porque el monolito quedará siempre en la historia de la ciudad y servirá de ejemplo para las nuevas generaciones. Además, este monumento es motivo de orgullo para toda la gente que quería a Carlos, que son muchas personas, porque él era una persona afable, abierta, cariñosa y generosa”.
Luis José Lopez (Cuñado)
“Era alegre, ameno, amante del deporte y muy querido”
“No teníamos mucha idea de los planes que tenían los responsables del Tercio, al menos yo, pero el caso es que ha sido un poco sorpresa pero una sorpresa muy bonita, ya que el acto es muy emotivo, entrañable e inolvidable. Carlos era un hombre fundamental en la familia, una persona amena, muy dicharachero, un artista, alguien que siempre transmitía alegría, un máquina. Le encantaba el deporte, siempre estaba corriendo, de un lado para otro, y preparándose para luego participar en pruebas militares de todo tipo, como de orientación o de resistencia en pista. Le recordamos mucho todos”.
Esther y Cintia, hijas del sargento, apoyaron desde la península
Las dos hijas del sargento 1º siguieron el acto desde las ciudades en las que viven porque a ambas les fue imposible asistir al homenaje, sólo de cuerpo presente porque el corazón y el alma estaban junto al monolito, donde falleció su padre. No obstante, Esther y Cintia, las hijas, una estudiante de 22 años y residente en Madrid y la otra, 26 años y trabajando en Ibiza, podrán asistir otros años a actos similares puesto que tal y como indicó el coronel jefe del Tercio, Alemán Artiles, “la idea es que cada año se pueda hacer un homenaje parecido, porque aunque lo hacemos en el Día de los Difuntos, también queremos extenderlo a otros días del año”, concluyó.