“Un giro brusco y caíamos al agua”

Jean Hamid Cissoko relata su travesía con 30 personas en una embarcación de seis plazas. Fueron rescatado el sábado pasado.

Amontonados a bordo de una embarcación de tan solo cinco metros de eslora, los efectivos de Salvamar y el Servicio Marítimo de la Guardia Civil rescataron este sábado a 31 personas que ocupaban un espacio diseñado para seis personas, como publicó El Faro. Una multitud de personas que guardaban un equilibro imposible para no precipitarse al mar.
Algunos de los subsaharianos recuperados del naufragio que acechaba al pasaje con cada balanceo se encontraban ayer por la mañana a las puertas de la Jefatura Superior de la Policía Nacional. Datos pendientes requerían de su presencia en el centro de la ciudad, como explicaron ellos mismos antes de regresar al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
Jean Hamid Cissoko, junto a las dos únicas tripulantes de la neumática, recordó el periplo que les llevó a tierra española. “Íbamos muy apretados sobre la embarcación pero, como hacía buen tiempo, las olas solo nos mecían”, narró el joven. Sin embargo, “el riesgo estaba entre nosotros: cualquier giro brusco y todos acabaríamos en el agua”, aseguró mientras simulaba movimientos similares a los de un trapecista. El pánico y las pocas nociones de natación pudieron haber sido fatales.
Entre los miembros de esta ‘montaña’ humana había ciudadanos de Burkina Faso, Guinea Conakry, Guinea Bissau y otros lugares de Centroáfrica. “Zarpamos de una playa cercana a Tetuán”, indicó Jean Hamid Cissoko, quien declinó dar más detalles sobre su ubicación, temeroso de que sus declaraciones puedan perjudicar a otros compañeros de camino que continúan en Marruecos. En la actualidad, como informó este periódico, el número estimado de inmigrantes situado en la zona norte más próxima a Ceuta (entre Tánger y Tetuán) alcanzaría los 1.500. Tres meses después de la tragedia migratoria registrada el 6-F, la presión de subsaharianos que se estima al otro lado de la frontera se mantiene estable.
“Nos conocemos de nuestra estancia en Marruecos”, comentó este pasajero de la embarcación detectada el pasado sábado, quien calculó que, en su caso, llevaba en el país vecino unos cinco meses.
El subsahariano explicó que entre todos adquirieron la embarcación que les llevó a una milla de Punta Almina, donde fueron rescatados gracias a la colaboración de Salvamento Marítimo y el Instituto Armado. “Cada uno aportó el dinero del que disponía, detrás de nuestro viaje no hay mafias, solo nuestras ganas por alcanzar Europa”, destacó el joven.
Con la llegada del buen tiempo, los intentos de entrada por vía marítima aumentan. En años anteriores, predominaron las barcas tipo toy para jugar en la playa.