Ayer vi un artículo basado en unos estudios realizados en varias universidades donde atribuían unos beneficios bastante buenos ingiriendo un botellín de cerveza diario. Era bueno para evitar la osteoporosis, grasa en sangre, prevenir infartos, cálculos renales y también tumores como los de próstata. Que conste que soy una persona que no me gusta beber. Bueno si hay que celebrar algo pues se levanta el vidrio y para adelante como los de Alicante. Este comentario se lo dejé de caer a mi reunión de personas mayores en el estadio del Alfonso Murube y la unanimidad fue evidente, todo lo que se consuma con moderación es bueno. Debo de matizar que el más pequeño de todos era yo con 55 años. Eran las siete de la tarde y estábamos viendo el partido de fútbol del Ceuta en la Copa Federación contra el equipo del Socuéllamos que según me informaron era líder indiscutible de la tercera de su zona. Nos faltó a fila nuestro amigo Jerónimo, que por cierto hoy vi a su hijo y me informó que le estaban haciendo pruebas en Madrid porque le estaba fallando las rodillas, le dije en plan irónico que le trasmitiera a su padre que no hiciera más el indio y que no nos dejará más huérfanos de su compañía. Las camisetas de nuestro equipo que estamos acostumbrados de verlos con ese tono blanco nuclear volvió a repetir la tonalidad del naranja que recordaba a la gran naranja mecánica de la selección holandesa
Un partido pésimo por ambas partes. El equipo caballa le faltaban a casi todos los titulares y faltó de todo. Lo primordial el gol, no hubo forma. Buenas defensas y pocos destellos de doblar, filtrar, buscar las espaldas, moverse en fin para crear huecos en las defensas. El comentario general fue que la poca grada que había era por la hora tan rara, que la inmensa mayoría todavía estaban currando. Pero tenia la directiva de ayudar a este equipo que debería de enfrascarse en un viaje a su casa en autocar. Una paliza de casi ocho horas. Como se nota los bajos presupuestos de nuestros equipos modestos. Un dato es que su pueblo tiene tan solo doce mil habitantes. El frío era bastante evidente. Faltaba un buen cafelito o te caliente. O algo más fuerte. Igual que la megafonía donde estábamos desinformados de lo principal las alineaciones de los equipos. Muchas más cosas fallan como la fachada de nuestro estadio que se está cayendo por la zona pegada al cuartel de la Guardia Civil. Pero lo principal era que estábamos pensando en el derbi de la Copa del Rey entre los todos poderosos Barcelona y el Real Madrid. Teníamos que estar al lado del televisor a las nueve en punto. Menos yo que antes tenía que sacar a dar una vuelta a mi escudero perrito Zeus ya que cuando aparezco por las puertas de mi casa me tiene montada una fiesta para sacarlo a la calle por fuerza. A no ser que me atenga a las consecuencias de que me monté una piscina en dos segundos. Muchas bromas hubo durante el encuentro en especial cuando apareció Luis, un par de minutos antes del inicio, le pusimos el himno del Madrid. Muchas personas a las nueve menos veinticinco, faltando casi 20 minutos fueron desfilando hacia los vomitorios del gol. El morbo de ver el partido entre los dos equipos punteros de España era evidente. Nadie daba un duro por el Madrid y sin embargo a los pocos minutos de comenzar un pase del niño prodigio que nadie lo quería, Vinicius, lo remato por un batallador Lucas Vázquez al fondo de la red. Se escuchó en todo mi barrio, la pantera, un sonoro gol mientras yo estaba dándole el paseíllo de rigor a la mascota de mi hijo mayor. Yo pensé rápidamente que los barceloneses ya habían empezado a darnos la del pulpo. Pero cuando llegue a casa y puse la primera y vi el resultado cambio un montón mi rostro. Estábamos ganando. Un milagro. Pero era verdad. Luego estuvimos luchando en defensa hasta que nos metieron el empate. Pero además tuvieron que sacar al extraterrestre ya que no podían los mortales con ese equipo de luchadores. Al final un empate que pone las espadas en todo lo alto para el próximo partido de vuelta en el Santiago Bernabéu.
Donde nos esperarán para darnos con todo su arsenal. Y si hiciera falta traer hasta el Tribunal Constitucional.