El número dos del Partido Popular en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, aseguraba ayer en unas declaraciones que en el próximo 'gobierno europeo' habrá un comisario que solamente se dedique a las cuestiones de Inmigración y que no el que lleve la cartera de Interior asuma también esas competencias.
De entrada, es un acercamiento más de Bruselas a una realidad que lleva pegando muchos años a sus puertas, de manera principal en el Sur, con incidencia tanto en Italia como en España. La todavía comisaría, la sueca Maalstrom, ha sido, por supuesto, una nefasta gestora de una situación, donde ha sido incapaz ni siquiera de visitar ciudades como las de Ceuta y Melilla, donde, en definitiva, lo que se está salvaguardando son las fronteras de la UE en territorio africano. Menos mal que la sueca, con esa visión que desde el Norte del continente tienen de los problemas que no les afectan porque están en el Sur, se marchará con la música a otra parte. Confiemos en que quien sea elegido para ese cargo, al menos, para empezar, antes de opinar, tenga la decencia de conocer la realidad de Ceuta y Melilla sobre el terreno y, estamos convencidos que, luego, ya nada será igual. Esa, por supuesto, debería ser una de sus primeras obligaciones, al igual que acudir a los otros puntos calientes que Europa tiene con flujos migratorios, como Lampedusa.