Al finalizar el circuito algunos de ellos se han quedado sin subsidio, por lo que reclaman soluciones El colectivo de personas con discapacidad psíquica, física y sensorial que ha sido beneficiario de formación y empleo con remuneración pide su continuidad en estos programas después de haber finalizado.
En una conversación con este medio, los miembros de este colectivo lamentaron que en el caso de los que trabajaban en San Amaro les ha quedado el subsidio y los que pertenecían a la Escuela Taller Jardines del Taray no cuentan con ningún ingreso en estos momentos. Por ello, este colectivo pide “una solución” a su problema.
Los miembros del colectivo agradecen la formación y el empleo del que han disfrutado este tiempo, pero aseguran que les habían prometido que continuarían en programas de este tipo, algo que desmintieron desde la Administración local y desde el SEPE. “No vemos interés. No estamos pidiendo que nos tengan toda la vida contratados, pero por lo menos que no nos dejen así tirados, porque no sabemos por dónde tirar, y si me pongo a buscar trabajo está todo ocupado entre Parques y Jardines y las Brigadas Verdes”, lamentó uno de los miembros del colectivo. Este grupo se formó a través de dos cursos, uno formado por doce personas con discapacidad psíquica y otras doce, física. La idea fue darles primero una formación a través de un curso y escoger a los seis mejores de cada uno de los dos. Las personas con discapacidad física fueron destinadas a jardinería y las que la tenían psíquica a labores de cuidado de animales.
El fin era hacer una escuela taller, a la que había que desembocar con los mejores tras la selección del curso. Al finalizar seis de cada uno –un total de doce– se incorporaron a la Escuela de Taller Jardines del Taray, con labores de jardinería y mantenimiento de animales, con una duración de dos años.
Los otros doce que no entraron en esta escuela taller fueron destinados a San Amaro, donde se les preparó un programa de inserción para terminar el recorrido formativo, estando otros dos años cuidando a los animales y realizando labores de jardinería.
Los miembros del colectivo que estuvieron destinados en San Amaro tienen derecho a subsidio porque formaban parte de un plan de empleo y han estado cotizando al estar de alta en la Seguridad Social, pero los de la escuela taller no porque tenían un contrato de formación sin derecho a paro ni subsidio por desempleo.
Desde el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) se indicó a este medio que para unos y otros el circuito ya está finalizado, ya que han tenido formación, para la mitad un proyecto de empleo y formación –la escuela taller– y para la otra mitad un proyecto de empleabilidad (San Amaro).
Desde el ente público de empleo indicaron que lo interesante sería que los miembros de la escuela taller se asociaran a través de una cooperativa u otra fórmula asociativa y ofrecieran sus servicios para continuar trabajando. Además, explicaron que estos proyectos son destinados a autoempleo.
No obstante, este colectivo ya cuenta con formación en este tipo y cuenta con más posibilidades a la hora de encontrar un trabajo de estas características.
Por su parte, desde la Ciudad Autónoma se aseguró que se está haciendo un esfuerzo y continúa implicada en que este colectivo siga teniendo sus expectativas de empleo.
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