Un ceutí indultado por Mohamed VI sigue preso en una cárcel de Fez

Cuando hace un par de semanas el rey Mohamed VI anunciaba el indulto de 178 presos españoles que estaban recluidos en cárceles marroquíes, se marcaba la fecha de la oportunidad para el ceutí S.H.A. El joven, de 21 años y preso en una cárcel de Fez, había sido incluido en esa lista, junto a, al menos, otros tres ceutíes.

Encarcelado por un delito de tráfico de drogas, el saberse indultado por el rey había servido para que por fin su familia viera la luz al final del túnel. No ha sido así. Pasan los días y mientras que los demás indultados van abandonando las cárceles que ocupaban al otro lado de la frontera, para S.H.A. no existe todavía libertad.
¿Y cuál es la razón? Un problema puramente burocrático. Su tío Benaixa Abdeselam Ahmed, que es además presidente de la asociación por una vivienda digna de Ceuta, explica a El Faro que para conseguir la libertad del joven indultado deben demostrar ante las autoridades marroquíes que es insolvente y no puede abonar la multa impuesta y cuyo cobro es exigido por Marruecos. Evidentemente el joven carece de ingreso alguno, algo que ha verificado la Delegación de Hacienda y ha confirmado en una documentación oficial que, curiosamente, no es reconocida por el reino alauí. No lo es porque, tal y como explica Benaixa, dicho documento incluye una firma electrónica que no es reconocida al otro lado de la frontera que pide la expedición de otro sello para reconocerla como tal. “Hemos entregado todos los papeles al Fiscal General del Rey, pero nos piden que ese documento oficial de Hacienda lleve un sello tradicional”, explica.
Así las cosas, beneficiado por el indulto real tras haber cumplido la práctica totalidad de la condena (de los tres años que le aplicaron ha cumplido algo más de dos), este ceutí sigue entre rejas, ocupando una celda en la que conviven otros veinte presos más, todo ello porque la documentación que avala su imposibilidad de hacer frente a esa multa no es tomada como válida por las autoridades vecinas aunque sea la única que puede dispensar la administración.
La familia del joven ruega ahora la mediación de la administración central para que, por los cauces diplomáticos existentes a través de los consulados españoles, pueda informar a Marruecos de que la documentación entregada por Hacienda es la que oficialmente se expide en Ceuta y la única válida. “Lo que pedimos y rogamos es que se interceda ante las instituciones para que pueda resolverse esta situación”, aclara Benaixa.
El indulto de Mohamed VI ha afectado a alrededor del 80% de la población reclusa española en Marruecos que, según datos del Gobierno español facilitados a comienzos de julio, ascendía a 228 presos. Todavía algunos de ellos, como es el caso de este ceutí, no lo pueden contar, formando parte de esa crónica perdida  que también existe.
La indignación de la familia de S.H.A. se hace patente cuando todavía resuena la polémica suscitada por el indulto y liberación del pederasta Daniel Galván. Sobre la mesa surgen interrogantes y se atropellan las preguntas de cómo ante un caso como el del murciano se aceleró su salida de prisión para llegar, en pocos días, a la península, mientras que en el caso de este ceutí, un mero problema de interpretación entre dos administraciones bloquea su marcha.

Otros dos ceutíes, ya liberados

Hace una semana este medio publicaba el indulto y posterior liberación de un ceutí preso en Marruecos por ocupar un vehículo que presentaba las placas de matrícula trastocadas. Pues bien, este no ha sido el único caso de los incluidos en esa lista de agraciados, ya que al menos otro ceutí, detenido por tráfico de drogas, también ha sido indultado. Se trata de la persona que conducía el vehículo que detuvo Marruecos con droga y en el que también viajaba el joven S.H.A., aún preso. Según las informaciones que fueron difundidas nada más conocerse la lista de indultados, éstos iban a ser puestos en libertad de manera gradual. En el caso de este afectado tiene que demostrar que carece de ingresos para abonar una multa impuesta; a pesar de hacerlo las ‘formas’ no son reconocidas.