Un capitán, acusado de “haber violado la intimidad” de un soldado

Un capitán del Ejército se sentó ayer en el banquillo de los acusados tras ser denunciado por un ya ex soldado de haber utilizado un documento con información personal suya para emplearlo en el juicio que ambos tenían tras haber tenido un accidente de tráfico dentro de un acuartelamiento. Aquello sucedió en enero de 2008 y ayer los hechos se recordaron, cuatro años después, en el juzgado de lo Penal. El capitán C.V., que se enfrenta a una petición de dos años de prisión además del abono de 10.000 euros de indemnización, declaró que había sacado ese documento particular (en el que se especificaba los resultados de las pruebas físicas obtenidas por el soldado) porque se lo había requerido quien fuera su abogado. Insistió ante el juez que esos datos son de pruebas públicas, que incluso son divulgadas por la prensa, por lo que, entendía, no podían considerarse de carácter privado. El hecho es que el capitán solicitó a un brigada que le diera una copia de los resultados de las pruebas físicas del soldado, con quien había tenido un accidente de tráfico que había dado lugar a una vista judicial. El capitán insistió que él aportó ese documento al abogado, sin saber que este lo iba a utilizar en un juicio. Con dicho documento quería demostrar que el soldado no presentaba lesión alguna producto de ese accidente, ya que había estado bien físicamente para realizar las pruebas militares que anualmente hace el Ejército. Al presentar dicho documento en el juicio de faltas que tuvieron tras el accidente, el juez no dio la razón al soldado en el reconocimiento de las lesiones que éste dijo que tenía.
El joven J.A.G.S., que abandonó el Ejército “aburrido” tras permanecer un tiempo en la Compañía de Zapadores, conocedor de que se había usado un documento personal suyo para presentarlo a juicio, denunció al capitán al entender que se había burlado su intimidad. “Sacó un papel mío, yo no di autorización para que utilizaran datos personales de las pruebas físicas que había hecho”, apuntó el joven. A preguntas del Ministerio Fiscal, el ya ex soldado dijo que los resultados obtenidos en esas pruebas no eran públicos y que, de hecho, para poder acceder a los mismos se tenía que tener una clave. “El resultado es privado”, sentenció. El joven dijo que presentando ese documento, el anterior abogado del capitán quiso demostrar ante el juez que no sufría lesión alguna, ya que el accidente con el capitán lo había tenido dentro del cuartel un viernes y había hecho las pruebas físicas, que son bastante duras, un lunes.  El joven dijo que él nunca mintió, que estaba malo pero que tuvo que hacer esas pruebas porque en el Ejército si te niegas te arrestan. “Como yo soy un soldado tienes que hacer lo que te dicen, si no, te arrestan y ya me he comido muchos arrestos”, insistió.
El joven fue sincero en su testifical ya que, dijo, tras tener el accidente un viernes se marchó el fin de semana a los Carnavales de Cádiz y el lunes regresó a hacer las pruebas. “Me desperté con fatiga, no podía hacer las pruebas y se lo dije a mi sargento, pero las tuve que hacer en mal estado porque si no me iban a arrestar. Después me dolía todo”, recordó. Algo que, dijo, los médicos que le vieron consideraban normal ya que los dolores aparecen días después de los siniestros cuando el cuerpo está más relajado. “En el Ejército la palabra del soldado no vale para nada, dentro del cuartel el mando lleva la batuta”, apuró.
A preguntas del propio juez, el denunciante dijo que con la difusión de ese documento se había vulnerado su intimidad. “Es mi privacidad, por qué tenía que presentar un papel que es mío en un juzgado, ¿por qué es capitán y yo soy su marioneta? En ese documento pone mi DNI, mi nombre, mis datos... ¿por qué lo tenían que utilizar?”, insistió.
Un teniente coronel y un brigada declararon para manifestar que no consideraban que ese tipo de documentos (los relativos a las pruebas físicas) fueran de carácter privado, aunque indicaron que para pedirlo dentro de la vía militar debe hacerlo un mando y si se requiere su uso fuera del ámbito castrense tenía que pedirse por conducto judicial. El teniente coronel fue quien compulsó el documento relativo al soldado que sacó el brigada por orden del capitán, pero ninguno de los dos sabía el uso que el acusado iba a dar a ese papel.
Para el Ministerio Fiscal sí se ha producido un delito, al violarse la intimidad en un documento interno haciéndose valer de su oficio, por lo que pidió una multa de 18 meses a razón de 6 euros diarios. Mientras la letrada de la Acusación Particular, elevó su petición a los dos años de cárcel y tres de inhabilitación, más una indemnización de 10.000 euros al margen de la responsabilidad que pueda tener el Ministerio de Defensa.
Para la abogada MªÁngeles Rivera, este documento si bien no era “top secret” hacía mención a la intimidad de su cliente, tratándose de un fichero personal por lo que los hechos quedaban claramente tipificados en el Código Penal en su artículo 417.1. La letrada extrapoló el caso a otros de uso común, argumentando por ejemplo que miles de funcionarios de Hacienda pueden conocer la declaración de la renta de cualquier ciudadano pero no por ello pueden hacer uso de la misma para un fin ajeno. Aquí, dijo, es lo que se había hecho. “Con dar ese documento a su abogado, ya quebrantó la intimidad de mi cliente”, apuró, acusándole de haberlo utilizado en su propio beneficio para intentar sacar provecho en el juicio de faltas que tenía con el soldado tras el accidente.
La abogada defensora de los intereses del capitán solicitó su absolución al entender que su patrocinado había hecho entrega de dicho documento a su abogado sin saber que éste lo aportaría en un juicio. Llegó a decir que no era precisamente su cliente quien tendría que estar sentado en el banquillo, al echar la culpa a quien fue su letrado de haber dado el uso a ese documento. A pesar de ello insistió en que lo contenido en el mismo (resultados de unas pruebas físicas) no podía considerarse parte de la intimidad del denunciante, a quien acusó de haber pretendido engañar diciendo que tenía unas lesiones producto del accidente de tráfico sin que las mismas existieran. “Mintió y quiso aprovecharse al igual que se aprovechó del Ejército”, indicó, acusándole de haber actuado con total “indignidad” ya que estaba en perfectas condiciones físicas lo que quedó al descubierto al poder ejercitar las pruebas.
Del capitán dijo que durante estos años ha tenido una espada de Damocles sobre su cabeza porque quien fuera su abogado hizo uso de un documento, algo que él nunca habría autorizado. “Ese abogado no entendió que podía ser confidencial y de forma inconsciente lo aportó al juzgado. Mi cliente no tenía ni idea de que lo iba a hacer su abogado”, dijo. La abogado dijo que, no obstante, se podría estar hablando de una acción cuestionable “moralmente” pero no “penalmente” por lo que pidió su absolución. “No hay ilícito penal”, sentenció, reservándose, en caso de sentencia absolutoria, emprender acciones legales contra el ex soldado por denuncia falsa.