Nada es hoy lo que fue, y el 1º de mayo no es la excepción. Conseguidas por la clase trabajadora, tras valientes y enconadas luchas, tantas conquistas sociales, la festividad ha perdido su carácter reivindicativo, incluso a pesar de los difíciles momentos que aún viven determinados ciudadanos golpeados por el paro y la precariedad en el empleo. La fecha de mañana vuelve a presentarse más testimonial que otra cosa, por más que los sindicatos se esfuercen en movilizar a una ciudadanía cada vez más desencantada con la clase política y con las propias centrales sindicales. Y para mayor inri, el puente de por medio, ese trampolín que, de nuevo, deja a nuestra ciudad triste y casi desértica, como posiblemente le suceda a la propia manifestación local.
Cara a esta simpática festividad del calendario con los aromas y el efluvio de la incipiente primavera, me he permitido en mi particular ‘Rebellín’ de hoy – siempre con ‘B’ el topónimo ceutí –, recoger algunas efemérides de determinados hechos que fueron noticia en nuestro pasado, precisamente un 1º de mayo.
Lejos en el tiempo, podríamos remontarnos a un lejano 1498 cuando el entonces gobernador, Juan Ruiz de Vasconcelos, donó a los dominicos las aduanas que estaban en la puerta de la Almina, de las que quince días después tomaría posesión Fray Juan de la Moneda, estableciendo en ellas el convento de los Padres Dominicos o de Santo Domingo, que antes estuvo en el Rebellín. Valga esta estampa como recuerdo de nuestro pasado portugués, que tan lamentablemente, por cierto, algunos quieren hacernos olvidar, ora por acción, ora por omisión.
Saltamos a 1863, año en el que se publican nuestras primeras ordenanzas municipales, que puso en vigor el alcalde José Morales Alarcón.
Tal día como mañana también, pero de 1914, el Ayuntamiento, en sesión presidida por su alcalde Restituto Palacios Garrido, acordaba regalar el fajín de general al, hasta entonces, coronel del Regimiento de Infantería nº 60 Luís Fernández Bernal, en atención “a las simpatías que disfruta en la población por los servicios prestados”.
Y pasamos a 1931 cuando, recién proclamada dos semanas atrás la II República, Ceuta vivió su más vibrante y comprometido 1º de mayo con la mayor y más entusiástica manifestación con motivo de este día a la que se sumaron unas diez mil personas. Llegada la comitiva al desaparecido edificio de Telégrafos, en la Marina, esquina a Méndez Núñez, el alcalde, Sánchez Prado, subió al balcón desde el que leyó el acta por el que su corporación daba el nombre de Pablo Iglesias a dicha calle, tras lo cual pronunciaba un sentido discurso exaltando la figura del destacado líder socialista.
En el plano educativo, la ‘Gaceta de Madrid’ publicaba en 1933 una Orden Ministerial por la que se autorizaba la construcción del colegio público ‘Lope de Vega’, una gran noticia por la carencia de colegios de tal envergadura en esta época. Más aún al tratarse de un magnífico edificio que se levantó en poco más de un año, siguiendo fielmente la línea arquitectónica que solía imperar en casi todos los centros de la República. Lamentablemente derruido por su mal estado a principios de los setenta, sobre su solar se levantó el actual colegio.
En 1937 se inauguraba el nuevo Puente del Cristo que permitía hacer realidad el anhelado ensanche para la salida y entrada del centro de la ciudad, carente por entonces de otra vía alternativa.
Ya en 1951, el flamante Instituto de Enseñanza Media que se había construido en el Llano de las Damas, aunque sólo con sus alas norte y oeste en funcionamiento, celebraba su primer claustro presidido por su director, el siempre recordado Manuel Gordillo Osuna, conservando el centro el nombre con el que nació en la actual calle Beatriz de Silva, ‘Instituto Hispano Marroquí de Ceuta’, por su proyección hacia el Protectorado.
Y pasamos a otro 1º de mayo, el de 1955, día en el que se reanudaba el tráfico de viajeros en la línea ferroviaria Ceuta – Tetuán, con la entrada en servicio de dos nuevos automotores MAN – DIESEL de última generación, que venían a sustituir a las viejas y agotadas locomotoras de vapor y a sus vetustos vagones de madera. Dotados ambos coches de dos departamentos de 1ª y 3ª clase, más dos vestíbulos con sus correspondientes asientos, cubrían el trayecto con sus seis paradas intermedias en una hora, con billetes a 9 y 7 pesetas respectivamente. Pero la alegría después de casi cuatro décadas de penurias ferroviarias en la línea fue efímera, dado que, tres años después, desaparecía la misma al no existir acuerdo entre los gobiernos de Madrid y Rabat. ¡Lo que daríamos hoy por estos ‘cercanías’!, si se me permite la terminología.
Gran acontecimiento en esta misma fecha, ahora en 2003, con ocasión de la inauguración del V Congreso Nacional de Hermandades y Cofradías del Medinaceli con un solemne acto en el Salón del Trono con la presencia de numerosísimos participantes llegados desde todos los puntos del país.
Y, brevemente, tres efemérides más para un 1º de mayo como mañana:
2004: Llegan 23 modelos de automóviles del Club Andaluz del ‘Mercedes’ con ocasión del I Rally Ceuta – Granada, exponiéndose en la Gran Vía.
2015: Sale en peregrinación de la iglesia del Valle la reliquia de San Antonio, llegada el día anterior a la ciudad, para su entronización en la ermita de su nombre.
2016: Más de cien personas de toda España asisten al encuentro con el ‘Seat 600’.
Que disfruten del puente.