Son los últimos de la explanada. Un
grupo de transfronterizos bloqueados por el cierre de fronteras derivado del
coronavirus que se niega a abandonar Ceuta y que han terminado por convertirse en un auténtico problema. Durante este lunes se han transformado en una especie de peonza que da vueltas por distintos puntos bajo control de las fuerzas de seguridad.
No han querido marchar a la Península en barco y creen que con su presencia van a provocar a
Marruecos para que abra la frontera. De la explanada del Chorrillo han acudido hasta el Tarajal y allí les ha parado la Guardia Civil cuando se encontraban a la altura de Arcos Quebrados. Pretendían cruzar la frontera, pero se les ha ido retirando hacia lo que se ha convertido en su lugar de asentamiento. Durante toda la mañana de este lunes han estado controlados por la UIP del Cuerpo Nacional de Policía. Parecía que iban a desalojarlos de la zona, pero se han quedado en este punto.
A primera hora de la tarde ha habido un intento por llegar a la Jefatura Superior para plantear sus quejas sin éxito. Ahora están de nuevo en la explanada de donde, dicen, no van a moverse. Son trabajadores transfronterizos atrapados en Ceuta que no tienen apego alguno ni residencia en la Península, no saben qué hacer.
Los españoles que regresan
Y mientras su imagen choca con la de los españoles que siguen cruzando por la frontera del Tarajal con ánimo de cruzar a la Península. Marruecos sigue manteniendo los pasos de Ceuta y Melilla abiertos para ellos. A pie de Tarajal los españoles que entraban explicaban a FaroTV sus sensaciones. “Al principio hemos tenido un poco de susto, al principio estábamos asustados por no poder regresar a España pero con la ayuda de los dos gobiernos por fin podemos volver a nuestras cosas. Gracias a Dios”, explicaba un padre de familia.
“La situación es jodida, no hay nadie por la calle. Hemos tenido muchos problemas, nos han cancelado vuelos Marrakech-Lisboa y París, pero hemos logrado llegar a Tánger hasta venir hoy a la frontera. Otros vuelos salieron a distintos puntos de Europa. Con los trayectos internos no hay problemas. Soy de Madrid y llevaba mes y medio aquí trabajando y ya tocaba volver con la familia”, añadía otro joven.