El cementerio de
Sidi Embarek ha acogido este jueves
el entierro del joven Mohamed Alí, el vecino de Castillejos que murió ahogado el martes en su intento por entrar a nado a Ceuta. Al entierro han acudido familiares que le conocían y que se encontraban en nuestra ciudad, mientras sus padres y amigos han permanecido reunidos en el hogar marroquí intentando hallar consuelo ante esta desgracia.
Mohamed Alí tenía 25 años y decidió arrojarse al mar para llegar hasta Ceuta, como otros tantos jóvenes de la zona que buscan una alternativa en sus vidas, una esperanza que ha quedado truncada de la manera más cruel, con la muerte. Su cuerpo sin vida, enfundado en un traje de neopreno, era rescatado en la almadrabera por los GEAS de la Guardia Civil. El joven pertenecía al club Los Matadores, fieles seguidores del Atlético de Tetuán. Sus amigos han acudido a estar con la familia de Mohamed Alí para dar consuelo a sus padres, pidiendo que Dios se apiade de él. Nunca le olvidarán porque era y seguirá siendo un miembro del grupo.
La muerte de este joven, que ha podido ser identificado gracias a fotografías, ha supuesto un mazazo entre una generación que se ve afectada por las ansias de escapar de
Marruecos para llegar a cualquier lugar de Europa. La
frontera de Ceuta se convierte en la vía de pase, pero en demasiadas ocasiones supone una trampa mortal.
El mensaje del club Los Matadores a su amigo
El fallecimiento de Mohamed Alí ha llevado a sus amigos a publicar un mensaje sobre la situación de la juventud tanto de Tetuán como de la zona norte marroquí. Un mensaje en el que ponen de manifiesto cómo los jóvenes se lanzan al mar en busca de mejores oportunidades de vida. Con el título ‘El choque de las olas es un bote salvavidas’ indican en este texto de homenaje cómo están acostumbrados al crecimiento del fenómeno de la migración clandestina hacia el otro lado, protagonizado por “jóvenes en edad de flor que no querían más que sostener el mar con sus cuerpos, dejando atrás un pasado en el que no veían nada más. Terminan dejando su país y tierra sin su consentimiento. Los destinos les hacen cabalgar sobre las altas olas del mar en busca de una vida digna. ¿No son víctimas del desempleo y las decisiones de los gobernantes que destruyeron todo Tetuán e hicieron que su juventud se derramara en los mares todos los días e hicieron de la inmigración una idea en sus mentes?”, se preguntan. “Estos jóvenes son parte de la sociedad marroquí, parte de una sociedad. Nuestra ciudad hoy está completamente destruida”, lamentan, denunciando los engaños que llevan a muchos jóvenes a lanzarse al mar para terminar muriendo, ahogándose “en la oscuridad de la pobreza, el desempleo y las privaciones”. “Tetuán fue y seguirá siendo Tetuán, y Dios da y no descuida, la misericordia de Dios sea con los mártires para ganarse la vida que murieron mientras estaban con su Señor, si Dios quiere, y serán misericordiosos”.