El terremoto que azotó Marruecos el pasado viernes ha dejado ya 2.901 muertos y 5.530 heridos hasta las 13:00 hora local (GMT+1), según el último balance difundido por el Ministerio marroquí del Interior
Las consecuencias del terremoto provocaron muertes en una decena de provincias y solo hay nuevas víctimas en la región más afectada, Al Haouz -al sur de Marrakech y cercana al epicentro-, donde se registran ya 1.643 fallecidos.
En el resto de provincias no se han contabilizado nuevos fallecidos. Según el anterior balance, la seguida más afectada es Taroudant (976 víctimas mortales).
De los muertos, se han enterrado ya 2.884 cadáveres, apunta Interior.
Un boletín de alerta sísmica difundido por el Instituto Nacional de Geofísica marroquí explica que el terremoto, de magnitud 7, sacudió la región septentrional marroquí de Marrakech y se produjo a las 23:11 hora local del viernes (22:11 GMT) a ocho kilómetros de profundidad.
Tuvo su epicentro en la localidad de Ighil, situada unos 80 kilómetros al suroeste de la ciudad de Marrakech.
Donaciones del fútbol
El partido amistoso entre las selecciones de fútbol de Marruecos y Burkina Faso toma un cariz solidario. La Federación marroquí ha anunciado que la recaudación que se obtenga del encuentro irá a parar al fondo especial para recibir contribuciones voluntarias solidarias para gestionar las consecuencias del terremoto.
Nueva ocasión en que el conjunto futbolístico del país, los 'leones del atlas', tendrán la ocasión de contribuir con el pueblo marroquí, que se ha visto azotado por una catástrofe de importantes dimensiones.
Bomberos desplazados
Los efectivos desplazados por Bomberos Unidos sin Fronteras (BUSF) hasta la zona de Marruecos afectada por el terremoto del pasado sábado descartan casi al 100 % poder encontrar a alguien con vida bajo los escombros cuatro días después del siniestro.
En declaraciones a EFE, el presidente de BUSF en Huelva, Antonio Nogales, que se encuentra en la zona, ha señalado que se espera que este martes prosigan con las tareas iniciadas ayer de apoyo al ejército en distintos puntos para descartar la existencia de supervivientes antes de meter maquinaria pesada.
"A partir de ahora empiezan ya otro tipo de riesgos con el tema de las epidemias por la descomposición, además, quieren enterrar a sus seres queridos, por eso quieren meter maquinaria pesada para agilizarlo todo", ha apuntado Nogales.
Esperan que esta mañana continúen con esas labores, aunque "ya las posibilidades de que haya personas vivas casi se descartan ya. No podemos decirlo así porque imagino que todavía se puede dar alguna situación de algún rescate, pero las posibilidades ya han disminuido mucho", ha precisado.
Además, ha añadido, se continúa haciendo análisis de necesidades de los hospitales, albergues y otros lugares asistenciales para enviar ayuda humanitaria.
La UGR avisa de posibles réplicas
Científicos de la Universidad de Granada (UGR), con sede en Ceuta, han advertido de la elevada posibilidad de que se produzcan réplicas del terremoto que se produjo en Marrakech el pasado 8 de septiembre, unas réplicas que podrían durar meses.
El seísmo, el más devastador del último siglo en Marruecos, tuvo una magnitud Mw de 6,8 y se produjo aproximadamente a 26 kilómetros de profundidad al suroeste de Marrakech, en el interior de la Cordillera del Atlas.
Estos investigadores de la Universidad de Granada, pertenecientes al Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra y al departamento de Geodinámica en colaboración con la Universidad de Jaén y universidades marroquíes, llevan décadas analizando la singularidad de la Cordillera del Atlas, la cadena de montañas alargada y más elevada del noroeste de África, asociada al límite convergente entre las placas de Eurasia y Nubia (África).
“El Atlas se extiende desde Marruecos a Túnez y, a pesar de que su relieve sugiere una importante actividad tectónica, tiene una sismicidad histórica moderada. Destaca el terremoto de Agadir de 1960, que tuvo una magnitud Mw 5.8 y efectos catastróficos al ser muy superficial”, destaca el investigador Jesús Galindo Zaldívar.