Conforme se acerca el 29 de este mes va tomando cuerpo que CCOO y UGT morderán el polvo. Tienen difícil que puedan movilizar a la masa ‘proletaria y descamisada’. El 55% de esa masa tiene claro que no participará y el 18% dice que probablemente tampoco. Sumados ambos porcentajes parece que alrededor del 73% va a asistir a sus puestos de trabajo. Habrá que estar al tanto con los famosos ‘piquetes informativos’, pues de informativos tienen poco. Todo el mundo sabe que ese día 29 hay una huelga. No hará falta que nadie vaya a recordárselo, salvo que lleve otras intenciones. Aviesas intenciones, diríamos. Sólo el 9% tiene decidido que participará en la huelga. Un porcentaje ridículo a estas alturas de la película. Hay que tener en cuenta que aumenta el malestar entre la masa trabajadora, pero, eso sí, también crece la sensación de que no es oportuna –la huelga– en estos momentos. Crece asimismo la resignación entre el personal. Un 76% cree que aún está lejos la recuperación de la economía mundial, y el porcentaje sube al 86% en el pesimismo sobre la situación económica española, según apuntaba ‘El País’ el 5 de este mes. Todo muy desalentador como para que las masas se tiren a las calles detrás de los 57.000 liberados sindicales que viven a cuerpo de rey, y detrás de los impresentables Méndez y Toxo que comen en el Hotel Villamagna y después se suben a sus automóviles con chóferes incluidos. Supongo que ambos arengarán a los cuatro despistados que acudan diciéndoles que si perseveran y hacen carrera en el sindicato pueden llegar a ser secretarios generales y, así, comerán en el Hotel Villamagna y hacer uso de coches a su disposición con chóferes. En Rodiezmo, el domingo 5, el trabajador ejemplar, Méndez, que lleva desde el año 1980 fuera del ‘tajo’, calificó la política del Gobierno socialista como “un canto a la impotencia y a la resignación”.
Fue un discurso blandito para no hacer sangre y para justificarse delante de los que allí estaban. Él bien sabe que es corresponsable de la debacle económica tanto como su jefe Zapatero. Y para no dar la impresión de que toda la culpa la tiene su correligionario Zapatero, acusó a la oposición y a Rajoy de “no hacer propuesta alguna y se está limitando a recoger el fruto de la deriva del Gobierno”. (A ver, Méndez, ¿qué crees que hizo el PSOE con el Prestige, con la foto de las Azores, la guerra de Irak y con el 11-M? ¿Chuparse el dedo? ¡Venga ya!).
Allí en la campa de Rodiezmo se escucharon gritos de “¡No hacerla! ¡No hacerla!” Se referían, claro es, a la huelga del 29. Asimismo, se impidió la entrada a los mineros protestantes de las cuencas de Asturias y León. Todo muy aleccionador. Para su vergüenza, UGT ha editado un video en el que se ridiculiza a Fraga y al PP de una manera zafia y desvergonzada que sonroja oírlo. Se escucha una voz de mujer que dice “Este tío es tonto. ¿No trata de convencerme de que los del PP van a sacarnos de la crisis. Es para mearse en las bragas” (Risas). Todo muy zafio, ruin y abyecto. Se ve claro que la huelga es contra el PP, no contra el Gobierno socialista para, así, contrarrestar los nueve puntos que el PP le saca al PSOE. Con razón se han dado de baja del sindicato socialista al menos 270.000 afiliados.
En resumidas cuentas, el ambiente huelguista se ha desinflado con los calores del verano. El personal tiene claro que Zapatero no va a dar marcha atrás en su nueva política económica por mucha, o poca, escandalera que armen los sindicatos en las calles. Lo que si está claro, amable lector, es que ellos, los sindicalistas y sus acólitos, han de ser los únicos que se vean detrás de las pancartas, banderas y eslóganes que portarán los manifestantes. Usted, amigo, mejor hace en ir a su trabajo. ¡Ah!, ‘cuidadín’ con esos piquetes informativos no vayan a darle una sorpresa. Y denuncie sin contemplaciones cualquier agresión o coacción.