La Unión General de Trabajadores (UGT) está trabajando en una iniciativa legislativa popular para que el Parlamento vuelva a reconsiderar la reforma laboral. La misma consiste en la recogida de firmas en todo el país, por parte de los dos sindicatos mayoritarios: UGT y CCOO.
En la ciudad autónoma, UGT ya ha puesto en marcha esta campaña y, por ejemplo, el pasado Primero de Mayo recogió unas 200. El número necesario de firmas es de 500.000 en todo el territorio español. En Ceuta es de 4.000.
Para llegar a este número, esta organización sindical pretende recorrer “todos los puestos de trabajo” para recoger el máximo apoyo posible entre los trabajadores ceutíes, tal y como manifestó en declaraciones a este medio el líder de los ugetistas ceutíes, Antonio Gil.
Y es que para el secretario general de UGT en la ciudad autónoma esta reforma laboral es “manifiestamente lesiva para la clase trabajadora”. Además, considera que “no crea empleo, aumenta la precariedad laboral y da más facilidades para despedir a los trabajadores”.
Los ugetistas continúan rechazando la política económica basada en lo recortes salariales, en la congelación de las pensiones, en la reducción de las prestaciones sociales y en el retroceso de los servicios públicos. Por todo ello exigen la creación de empleo, la defensa de los salarios, una política de inversión productiva que reactive la economía y la consolidación del sistema de protección social.
Este es un asunto en el que las confederaciones nacionales de CCOO y UGT están juntas. Ambos sindicatos han criticado de nuevo la reforma laboral en los actos llevados a cabo el Primero de Mayo. Primero porque consideran que es lesiva para los trabajadores, y también porque consideran que no crea empleo y que supone un recorte de derechos para los trabajadores del país. Una de las medidas de protesta más conocidas puestas en marcha por las organizaciones sindicales contra esta reforma laboral fue la huelga del 29 de septiembre. Finalmente, la reforma se aprobó en el denominado Acuerdo Social. Aunque los sindicatos consideran que nunca estuvieron de acuerdo con ella y ahora quieren revocarla.
Otro de los asuntos en los que Gobierno y centrales sindicales han chocado ha sido en la reforma del sistema de pensiones.