Hasta cinco policías nacionales, cuatro de ellos pertenecientes a la UDYCO, testificaron ayer en la segunda sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial para esclarecer el tiroteo a Mohamed Said, sobrino del ‘Vasco’. Esencialmente las testificales de los policías sirvieron para aclarar el escenario en el que se enmarcan estos disparos así como para explicar por qué la declaración de la víctima, en la que señaló a los dos primos que se sientan en el banquillo de los acusados, se produjo cuatro días después de los disparos.
El que fuera instructor del atestado no encontró nada extraño en esa tardanza. “Los médicos nos desaconsejaron hablar con él hasta que pudimos hacerlo, ya el día 15”, sentenció. La gravedad de las lesiones sufridas hizo precisamente que se tardara en conseguir los nombres de los dos presuntos implicados: Abdelmalik M.M. y Abdelhuahed A.M. El agente indicó a la sala que este no es el único caso en el que se producen situaciones así. De hecho, al hermano pequeño del ‘Vasco’, que también resultó herido de gravedad en su tienda de ultramarinos del Príncipe, se le tomó declaración dos meses después de los tiros.
Otro agente señaló que acudieron en distintas ocasiones al Hospital hasta que los médicos autorizaron la toma de declaración, debiendo esperar incluso a que no se le estuviera administrando algún tipo de fármaco o sedante para que su testifical no estuviera viciada.
El instructor de la UDYCO manifestó que días antes de los disparos a Mohamed Said, tanto el ‘Vasco’ como su cuñada acudieron a la Jefatura Superior para denunciar que estaban sufriendo amenazas. La denuncia se presentó un 10 de septiembre y tan sólo 24 horas después se producirían los graves disparos contra Mohamed Said.
Este dato es importante porque a ojos del agente de la UDYCO no cabe duda alguna de la existencia de una vinculación directa entre las amenazas y el tiroteo. ¿Y en qué consistían dichas amenazas? Tal y como explicó el agente, cuya unidad se está dedicando en exclusiva a la investigación de los disparos ocurridos desde 2009 en la ciudad, aquellas amenazas del ‘Vasco’ apuntaban, como tantas otras, directamente hacia el entorno de Tafa Sodia. Las mismas se centraban en la orden de retirada de la denuncia que tenía el sobrino del ‘Vasco’ contra el hermano pequeño de Tafa, al que acusa de estar implicado en los disparos a su tío. De no retirar en 24 horas dicha denuncia, le podría ocurrir algo. “Nosotros damos credibilidad a estas denuncias porque luego se materializan”, apuntó el agente.
Y así fue ya que no pasó un día de haber trasladado a la Policía su miedo cuando Mohamed Said era tiroteado cuando salía de su vivienda en la calle San Daniel de la barriada del Príncipe Alfonso para recargar el teléfono móvil, recibiendo dos disparos hasta caer dentro del garaje ‘Napoleón’, ubicado justo a la salida del barrio.
“El testimonio de la víctima fue muy contundente”
Ya en la primera sesión del juicio, que tuvo lugar el pasado lunes, la víctima de los disparos, Mohamed Said, fue bastante claro en sus manifestaciones, narrando con detalle cómo le dispararon, quién y dónde. Pues bien, ayer un agente de la Policía Nacional adscrito a la UDYCO ratificó la contundencia y veracidad que también tuvo el sobrino del ‘Vasco’ cuando prestó declaración en la cama del Hospital ante los agentes desplazados.
“Su testimonio fue muy contundente”, apuntó, “no ofrecía dudas, era verdadero”, añadió, recordando que en su declaración hizo hincapié en que le querían matar. Otro de los policías recordó que el herido había dado datos no sólo de los presuntos autores del tiroteo sino también del modelo de moto que se había empleado para trasladar al pistolero. ¿Y alguna vez alguien se acercó a la Jefatura para decir que los implicados no eran quienes se sientan en el banquillo sino otros? Dos agentes reconocieron a la sala que no, que nunca nadie se acercó hasta el grupo de la UDYCO para cuestionar las detenciones, advirtiendo uno de los policías que siempre que ocurre un tiroteo en el Príncipe, tanto familiares de las personas que son detenidas como algunos vecinos salen diciendo que ellos no son y que los culpables están en las calles. En este caso en concreto, curiosamente, nadie dijo eso, nadie se les acercó para decirles que ni Abdelmalik ni Abdelhuahed estaban relacionados.