Conozco algún amigo que ha decidido dimitir de su presencia en las redes sociales, porque considera que son una especie de letrina universal. Exagerada percepción tal vez, porque mérito han tenido, como el de destapar asuntos de corrupción de gobiernos muy poderosos o, en otros casos, para promover demandas sociales ignoradas por los gobiernos de turno. Y es que cuando las redes sociales “arden” con cualquier asunto, los responsables políticos suelen estar muy atentos, aunque también son un extraordinario medio para propagar noticias falsas o poner de vuelta y media a quien se quiera como si fuera el carnaval, pues actúan como una máscara que incentiva el descaro.
Es evidente que el supuesto acuerdo entre el PP y Vox no ha sido del gusto de todos. Al PP de Ceuta le faltaba un socio estable, que no le incomodase demasiado y que no fuese mal visto por los líderes nacionales. Los ceutíes dudaron entre el PP y Vox, con un resultado hasta ahora de dos a uno a favor de los de Abascal, que han perdido el partido sólo en las elecciones a la Asamblea de Ceuta. Y esto es significativo de que Vivas pesa mucho en la mente de los electores, quienes cuando se ha tratado de elecciones generales han votado más a Vox que al PP en dos ocasiones cercanas. Vivas se distanció de Vox para poder ganar y lo consiguió, pero con una victoria que no le daba la estabilidad para gobernar, e intentó lo más difícil: Reeditar un pacto con el PSOE como el que le aupó a la presidencia desalojando al GIL mediante una moción de censura. Pero este PSOE no se parece nada a aquel. Este PSOE tiene alergia al PP y pretende aniquilarlo.
"Cuando las redes sociales 'arden' con cualquier asunto, los responsables políticos suelen estar muy atentos, aunque también son un extraordinario medio para propagar noticias falsas o poner de vuelta y media a quien se quiera"
Creo que para Vivas es incómoda cualquier sociedad. Con el PSOE lo es por su inquina casi genética al PP y con Vox porque le atizaron de lo lindo en la campaña electoral y porque algunos de sus enunciados le inquietan y, aunque los votantes de Vox lo han sido de Vivas hasta hace poco, deslizaron su voto hacia la formación de Abascal siguiendo algunos mensajes insidiosos hacia la propia figura de Juan Vivas. Y luego están las preferencias del PP nacional, que de todos son conocidas. Así que lo cierto es que si Vivas tiene la obligación de buscar la estabilidad, con los resultados reflejados por las urnas, no lo tiene fácil ni tampoco cómodo, porque aunque desde Madrid le animen y algunos de sus correligionarios de Ceuta le aplaudan ahora por entenderse con Vox, sabe que la confrontación con el Gobierno de España suele tener un saldo negativo para Ceuta y también sabe que algunos harán lo posible por dinamitar su gobierno, desde dentro y desde fuera o mejor dicho, desde casi dentro, porque cada vez que alguien de Vox le recuerda que todo lo que ahora anuncia ha sido porque ellos están ahí presionando, le está poniendo un saco de clavos en el camino para que revienten las ruedas y el gobierno se estrelle.
Nunca he entendido bien eso de apoyar a un gobierno desde la oposición. Me gustan más las fórmulas de integración y de auténtica corresponsabilidad. Por eso no me gustó la estrategia del PSOE y la de ahora con Vox me parece forzada, pero no debe ser fácil para Vivas tal y como está el patio. En todo caso creo que tiene la suficiente libertad como para actuar en defensa del interés general, porque quien quiera condicionarle más allá de lo que han sido los compromisos del PP y los suyos propios, lo va a tener complicado para poder relevarle del puesto. Nada le debe a nadie, todo se lo debe a los ceutíes que le han seguido renovando la confianza y ese es el mejor asidero al que agarrarse. Y ahora que las redes sociales “arden” recordando las cosas que algunos de los actores políticos del momento decían en campaña, sobre la quiebra de la convivencia desde un lado y acerca de las traiciones a España desde el otro, más que nunca el Presidente debe refugiarse en la gente que de verdad le quiere: los caballas y, desde esa fortaleza, servir con fidelidad a Ceuta, como siempre, con amplio respeto a las minorías, a los que no piensan como él y con un sentido innegable de lealtad al Estado.