La Ciudad Autónoma va a mantener durante 45 días en fase de consulta para las administraciones públicas afectadas y las personas interesadas el Documento Inicial Estratégico de Primera Revisión del Plan Técnico de Defensa contra Incendios Forestales de la Consejería de Medio Ambiente, un documento que tiene como principal objetivo “la conservación de los hábitats y la biodiversidad de los montes y su protección frente a los incendios forestales mediante selvicultura preventiva”.
Su alcance abarca las 1.147,5 hectáreas de monte de la ciudad incluyendo las 634,4 de Red Natura 2000, donde se prevé “el mantenimiento y nueva creación” de infraestructuras lineales y superficiales en forma de áreas cortafuego (4,91 hectáreas), fajas auxiliares (39,1), fajas perimetrales (11,6) y zonas de eliminación de combustible en terrenos afectados por el incendio de 2014 (29,1).
El documento apuesta por “el mantenimiento” de los 55,1 kilómetros de red viaria ya existentes y por la creación de “tres nuevas infraestructuras” sobre una superficie de tres hectáreas “en la circunvalación del Monte Hacho, en la zona periurbana de San Amaro y en el entorno del CETI, fuera de la Red Natura 2000”.
En el primer caso se trata de un área cortafuegos apoyada en un vial de 20 metros de ancho “situado en la linde sur de la carretera” junto a una masa de eucaliptos y pinos de “muy alta peligrosidad” y los depósitos de biogás de la EDAR.
Pegada a la carretera de San Antonio se plantea una línea cortafuegos de 15 metros de ancho sobre zonas de “pastizal y matorral” y otra entre el polvorín del Renegado y la pista de circunvalación de ese pantano para proteger el CETI, sobre todo por su linde oeste, una zona “con alto riesgo de incendio” en la que el anterior Plan Técnico de Defensa dejaba un área “no protegida en el contacto entre la zona urbana y la forestal”.
Las actuaciones previstas de selvicultura y mantenimiento de la red viaria se desarrollarían según un cronograma establecido para un periodo de 5 años.
Los autores de la revisión alertan de que “no realizar” las actuaciones propuestas “supondría elevar el riesgo de producirse incendios en los montes de Ceuta”, peligro que aumentaría con el paso del tiempo. Además, abandonar el mantenimiento de las pistas forestales “dificultaría el acceso y seguridad de los servicios de extinción, lo que podría afectar de forma apreciable a los hábitats y taxones de interés comunitario, así como a la seguridad de los vecinos”.
“La única alternativa que garantiza la conservación de los espacios naturales de Ceuta, especialmente los incluidos en Red Natura 2000, es la original”, descartan los expertos tanto otras ubicaciones de las medidas planteadas como el uso de maquinaria pesada para el desbroce.
No se contemplan medidas “correctoras” ni “compensatorias” más allá de las “preventivas” para “evitar los efectos adversos sobre el medio ambiente que se contemplan desde el diseño de la actuación”. Las actuaciones de selvicultura preventiva se realizarían “de manera selectiva” sobre las especies exóticas (eucaliptos y acacias) y sobre “material serial y degradado” para “favorecer el desarrollo de comunidades maduras y hábitats naturales de mayor valor forestal”.
Entre otras cosas se prestará “especial atención” a “la conservación y regeneración del matorral mediterráneo noble” y se “tendrá en cuenta” el impacto paisajístico que pueda producir el trazado de líneas cortafuegos. También se considerarán los periodos de nidificación de especies protegidas y se recurrirá a “personal cualificado” para “contemplar y distinguir” las actuaciones programadas.
La revisión defiende que con los trabajos previstos la perdiz moruna verá “mejorado” su hábitat y reducido el riesgo de incendios que afectarían a sus puestas. “No se verán afectadas” las áreas de nidificación del ratonero moro y las aves con hábitats acuáticos, tampoco sufrirán repercusiones, como el de la lapa Patella ferrugínea o el entorno “específico” de la Salamadra algira.
Mucho pastizal-matorral y bosques de plantación
Las 1147.5 hectáreas de superficie forestal de Ceuta están separadas por el núcleo urbano en dos zonas, al este el Monte Hacho y al oeste el Campo Exterior. Están constituidas por “un mosaico de parcelas cuya titularidad está repartida entre numerosos propietarios, destacando “sobremanera” el Ministerio de Defensa, por un lado, y la Ciudad “Autónoma “en menor medida”. Atendiendo a su estructura, los bosques de plantación suman más de 392 hectáreas y los de ribera, algo más de sesenta. La superficie de matorral se extiende sobre cerca de 160 hectáreas y la considerada como de “pastizal-matorral” es la más extensa (441,53). La superficie “artificial” abarca 21,2 hectáreas (apenas el 1,85% del total forestal) y la acuática, 15,7 hectáreas.
Las actuaciones son efectivas durante 5 años
El Plan Técnico de Defensa contra Incendios Forestales plantea un conjunto de “actuaciones preventivas” a ejecutar durante un lustro sobre un cronograma determinado por “el grado de crecimiento de la vegetación afectada por las actuaciones de selvicultura preventiva previstas”. Los autores del documento consideran que la efectividad en la prevención de incendios se limita a cinco años y que a la vuelta de ese periodo es necesario una nueva programación y ejecución quincenal de trabajos “para que la minimización del riesgo se mantenga periódicamente”. Dentro de la superficie forestal de Ceuta se pueden distinguir dos Espacios Naturales Red Natura 2000, el Lugar de Interés Comunitario y Zona de Especial Protección de las Aves (LIC-ZEPA) de Calamocarro-Benzú, de 601.81 hectáreas de superficie, y la fracción terrestre del LIC-ZEPA de los acantilados del Monte Hacho, que se extiende sobre 32.61 hectáreas, unas 634.42 que representan el 55.28% de esta superficie forestal y algo más del 32% de la superficie total de la ciudad autónoma, según las cifras recogidas por la Consejería de Medio Ambiente que dirige Fernando Ramos.