El más pequeño, de 15 años y llegado a Ceuta en febrero, fue trasladado al Hospital para hacerse las pruebas de determinación de edad y quedó en libertad.
Los demás, de 17, han variado sus declaraciones; uno es el autor material, plenamente señalado por los testigos
Pasaban las dos y media de la tarde cuando se conocían los autos dictados para los 4 menores que ayer fueron puestos a disposición judicial por su presunta participación en el crimen del tetuaní Ibrahim Arraoui, fallecido tras recibir tres puñaladas en la escalera de la Ribera, desplomándose en la calle Independencia. Solo uno de los menores, de 15 años y que llegó al centro hace un par de semanas, fue puesto en libertad al verificarse que nada tenía que ver con lo sucedido más allá de haber estado presente en la playa. A este chico se le tuvo que trasladar previamente al Hospital para que se le realizara una radiografía que confirmara su edad al no estar aún tutelado por la Ciudad Autónoma.
Los otros tres menores, todos de 17 años y residentes en ‘La Esperanza’, fueron ingresados en el centro de Punta Blanca acusados de los mismos delitos: robo con violencia y homicidio. Solo uno de ellos es el autor material de las puñaladas mientras que los otros dos serían cómplices.
La llegada de todos ellos al Palacio de Justicia se producía a primera hora de la mañana. Debían declarar en presencia del fiscal jefe y sus respectivos abogados, después de haberlo hecho en sede policial. Ya en esta fase se ha producido un baile de declaraciones producto del desconcierto que impera en todos ellos, más aún cuando ayer mismo se enteraban de que el joven al que habían intentado robar antes de agredirle había fallecido. En la Jefatura Superior dos de ellos habían señalado al tercero como el autor de las puñaladas, siendo coincidentes con las versiones dadas por los hasta siete testigos que ayer prestaron declaración en los juzgados, quienes insistieron en su amplia mayoría en marcar al “menor de camiseta amarilla” como el que arremetió, cuchillo en mano, contra Ibrahim. Ayer, no obstante, ya en sede judicial, los menores no señalaron claramente la autoría, yéndose esposados a Punta Blanca a sabiendas de que más tarde o más temprano terminarán rompiendo ese silencio concertado para hacer aflorar la verdad.
Durante toda la mañana fueron prestando declaración las personas que vieron, de forma más concreta o genérica, lo ocurrido. No se practicó no obstante rueda de reconocimiento, pero se tomó declaración a todos ellos. Sus testimonios fueron muy distintos pero en la clave sí hubo coincidencias claras. ¿Y cuál es esa clave? La forma en que se produjo el crimen.
Así, ya en una reconstrucción a base de testificales 24 horas después del homicidio, se aclaró que los menores estaban en la playa de la Ribera con la intención de robar. Ya habían intentado el robo con un grupo de personas que había en la playa sin éxito, hasta que se aproximaron a Ibrahim y un amigo suyo que se encontraban pasando el día en el arenal.
Al sentirse molestados, ambos se retiraron del lugar para alejarse unos metros del grupo de menores, pero éstos siguieron en su intención de querer robarles. Ibrahim portaba una gorra, una cadena, un anillo y un teléfono móvil. Su compañero, al verse intimidado y preso del miedo, escapó del lugar creyendo que su amigo iba a hacer lo mismo. Pero Ibrahim optó por resistirse, hasta defendiéndose al lanzarle una piedra. Ese fue el detonante que llevó a la agresión mortal, ejecutada ya en las escaleras que comunican la playa con la calle Independencia. Le asestaron tres puñaladas. La primera en el costado hasta llegar a la que resultó mortal de necesidad en el corazón, desplomándose a pie de carretera.
Los menores huyeron del lugar sin ejecutar el robo, siendo vistos por los testigos que de forma rápida aportaron los datos a la Policía Nacional, personada al recibir el aviso de lo ocurrido.
El dato aportado por los testigos era fundamental: el agresor portaba una camisa amarilla y habían emprendido carrera hacia los acantilados del Recinto. Otro había huido hacia la frontera. Ese otro era, en realidad, el amigo de Ibrahim, que fue detenido confundido como otro agresor hasta aclararse de quién se trataba y prestar declaración en Jefatura Superior.
Se montó, en cuestión de minutos, un dispositivo espectacular para dar con los presuntos implicados en los acantilados del Recinto, tal y como pudo apreciarse en el vídeo que publicaba casi al momento FAROTV, con el desarrollo de las detenciones en las que participaron policías nacionales, locales y la Guardia Civil para sacar a los detenidos en los acantilados por mar en una de sus lanchas. En un principio fueron trasladados hasta 7 menores a la Jefatura, quedando después solo detenidos cuatro hasta que ya ayer solo fueron internados en Punta Blanca tres.
La Policía Nacional ha incidido en la necesidad de continuar en esta línea de seguridad compartida y estrechar la colaboración con la ciudadanía agradeciendo su colaboración para el esclarecimiento de los hechos delictivos.
De otra parte, Podemos Ceuta remitió ayer un comunicado para trasladar el pésame a los familiares y amigos de Ibrahim Arraoui, reconocer la magnífica labor de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y de los servicios sanitarios, que hicieron todo lo posible por salvar la vida de la víctima, pero condenando todas las formas de violencia que producen que el clima de inseguridad en la ciudad continúe creciendo.
“Nuestro convencimiento de que la Justicia sabrá actuar con contundencia, eficiencia y proporcionalidad y rechazamos a quienes, a raíz de este último suceso, aprovechan para condenar a todo un colectivo y sacar a pasear una xenofobia absurda, injusta, contraproducente e inmoral”, expusieron.
El reparto de roles entre los tres acusados Ha sido importante que los tres menores que han ingresado ya en Punta Blanca hayan sido acusados de los mismos delitos: robo con violencia e intimidación además de homicidio. Aunque en base a las declaraciones ofrecidas por los testigos, se señala directamente a uno de los tres como el presunto autor de las puñaladas que causaron la muerte de Ibrahim, entre ellos no han sido claros en sus manifestaciones a la hora de señalar al autor material del crimen. Por eso sobre los tres (aunque haya dos que sean cómplices) solo hay uno que es el actor principal en esta actuación homicida y se tendrá que esperar a próximas declaraciones por si se produjera un arrepentimiento y colaboración plena con la justicia.
Hasta 8 años de internamiento Una condena por homicidio supone el ingreso de hasta 8 años de internamiento cerrado, a los que habría que sumar otros cinco de libertad vigilada. En el caso de que se aplique la pena máxima, y teniendo en cuenta que tienen 17 años, pasarían el primero en Punta Blanca y después serían ingresados en la cárcel.
El informe del médico forense con los resultados de la autopsia al juzgado; ahora ya se puede llevar a cabo el entierro La práctica de la autopsia al cadáver de este joven tetuaní de 20 años terminó ya con la presentación de un informe que se traslada al juzgado para conocer los detalles de cómo se produjo la muerte de Ibrahim. Recibió hasta tres puñaladas, siendo atacado inicialmente en la escalera que conduce a la Ribera, para terminar desplomándose en la calle Independencia. Ese informe es importante a la hora de unirse a la causa para la posterior reclamación civil que podrá iniciar la familia de la víctima. Ahora ya se puede proceder al entierro del joven, que se llevará a cabo en Tetuán. La familia, muy humilde, hace lo posible por recaudar dinero para el traslado del cuerpo, sin contar con ayuda institucional, clave en asuntos como éste. Ante casos de este tipo no se dispone de ayudas para sufragar los gastos del traslado ni tampoco existe un velatorio musulmán para que, por ejemplo, ayer la familia hubiera podido velar el cadáver.
El arma homicida, sin aparecer La UDYCO es la unidad del CNP que se ha hecho cargo del caso. Al menos hasta ayer no se conocía que se hubiera conseguido la recuperación del arma usada para el crimen, un cuchillo o navaja con la que se practicaron hasta tres heridas, una de ellas que alcanzó el corazón y que fue mortal de necesidad.