El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta ha ratificado la condena contra un joven que fue detenido en marzo de este año por la Policía Local con casi 3 kilos
de hachís ocultos dentro de una mochila. Al ver a una patrulla policial, el joven se puso nervioso y escapó, acción que llevó a que los agentes le persiguieran arrestándolo en las cercanías de Loma Colmenar con la droga en su poder.
La Audiencia ha ratificado la pena de 3 años de prisión impuesta en el transcurso de un juicio rápido, desestimando el recurso interpuesto por la Defensa del joven cuyo contenido considera “inverosímil”, recoge en la sentencia a cuyo contenido ha tenido acceso este periódico.
El letrado del condenado argumentaba que su cliente no sabía que en la mochila que portaba a la espalda había hasta 326 bellotas de hachís, indicando que la había cogido al encontrarla abandonada en una parada de autobús. Dijo que la cogió, la abrió y vio que había algo de ropa. Esperó unos minutos y al no ver a su dueño se la llevó sin saber, insistió, que dentro había hasta casi 3 kilos de hachís.
La Audiencia valora en su sentencia que “carece de total verosimilitud” esta versión, “toda vez que nadie deja abandonada una mochila con droga, dado el valor de la misma. A mayor abundamiento, también es inverosímil que alguien vea una mochila cerrada, que podría contener cualquier cosa, y aún así decida cogerla”, expone el máximo órgano judicial en la ciudad.
La apelación se centra exclusivamente en el hecho de que el acusado desconocía que en la mochila había droga, sin aportar mayor versión exculpatoria sobre los hechos. “El recurrente mantuvo que era completamente ajeno a lo que llevaba consigo. Aunque el dicho popular afirma que la realidad supera la ficción y es algo que se demuestra cada día en la actividad diaria de los órganos judiciales, la versión ofrecida resulta inverosímil. Es llamativo que alguien coja una mochila abandonada sin cerciorarse antes de su contenido. O que espere 15 minutos por si aparecía el dueño, se limite a palparla y se vaya con ella diciendo que es para tirarla o regalar las prendas”.
La condena ha sido ratificada, penando tres años entre rejas por un delito contra la salud pública.